Y sobre la mesa tiene Pedro Sánchez otro incendio, esta vez provocado por su número tres en el partido, José Luis Ábalos, ministro de Transportes y otras cosas. Resulta que hace unos días, la noche del domingo al lunes, acudió al aeropuerto de Barajas a título privado a recibir al ministro de Turismo de Venezuela, Félix Plasencia, con quien, al parecer, le une una relación de amistad desde hace años. Se vio con él y con la vicepresidenta venezolana, que viajaba en el mismo avión privado y que tiene prohibido pisar suelo europeo porque sobre ella pesan sanciones de la UE por violación de derechos humanos en Venezuela.
Si a esto unimos la decisión del presidente Sánchez de no verse con Juan Guaidó, presidente encargado de Venezuela, de gira europea, -le ha encargado la reunión a su ministra de Exteriores, Arancha González Laya- pues ya la tenemos liada.
El Partido Popular y Ciudadanos se han apresurado a pedir la comparecencia de Ábalos en el Congreso para que se explique, mientras anuncian que ellos sí se verán con Juan Guaidó que, por cierto, ha convocado una concentración mañana en el centro de Madrid contra Nicolás Maduro.
¿Y José Luis Ábalos qué dice? Pues resta importancia a sus encuentros. Confirma que se vio con la vicepresidenta de Venezuela pero que "fue fortuito" y se enfada porque le pregunten por ello…
De nuevo el Gobierno definiendo los temas fundamentales para la sociedad. Como lo de rebajar las penas para los delitos de rebelión y sedición. Que eso sí que es importante… por el clamor social.