Todo comenzó con un debate épico en 1920 entre dos astrónomos, Harlow Shapley y Heber Curtis. Shapley defendía que el universo era únicamente la Vía Láctea, mientras Curtis proponía que había más galaxias como la nuestra.
El debate quedó abierto, pero en 1923 Edwin Hubble encontró la respuesta definitiva. Gracias al telescopio más grande de la época y a un tipo especial de estrellas llamadas cefeidas, Hubble pudo medir la distancia a la nebulosa de Andrómeda y demostrar que estaba a millones de años luz. Eso significaba que Andrómeda no era parte de la Vía Láctea, sino otra galaxia completamente distinta.
El 1 de enero de 1925, Hubble presentó sus resultados, marcando el fin del debate y ampliando para siempre nuestro concepto del universo. Como dijo Shapley: "Éste es el artículo que destruyó mi universo". Así, hace cien años, el universo dejó de ser pequeño y se convirtió en un lugar vasto y fascinante, lleno de galaxias. Un descubrimiento digno de recordar.