Esto que para muchos es una obviedad para el presidente Bolsonaro resulta una falacia tal y como dejó patente ante Naciones Unidas el año pasado.
Este es el dilema que está poniendo en jaque a la selva amazónica, por un lado gobernantes como Bolsonaro que buscan explotarla a su antojo sin permitir injerencias externas, y por otro la lógica preocupación e indignación mundial ante el rápido deterioro de este importante ecosistema.
Hace justo un año el Amazonas vivió su peor ola de incendios desde que existen registros, solo en el mes de agosto se quemaron dos millones y medio de hectáreas de bosque, lo que en la práctica equivale a toda la extensión de la Comunidad Valenciana. Y este año, aunque parezca mentira el deterioro del amazonas se está acelerando, el coronavirus podrá haberle arrebatado el foco mediático pero la realidad es grave. Desde que comenzó la estación seca los incendios han aumentado un 35% y la deforestación un 25% con respecto al año anterior. Marcio Astrini, secretario del observatorio del clima brasileño advirtió hace unos días sobre la necesidad de tomar medidas frente a la inacción del Gobierno: "El gobierno no puede simplemente seguir maquillando o apostando por campañas publicitarias para esconder la realidad, la gente necesita pasar a la acción para combatir la deforestación y salvar la Amazonia .
Precisamente el pasado jueves, más de 60 ONGs plantearon al congreso brasileño la necesidad de prohibir durante 5 años la deforestación del Amazonas.
En la misma linea de presión al ejecutivo brasileño, grandes grupos empresariales extranjeros están también amenazando con retirar sus inversiones del país si el Gobierno no toma medidas para proteger este ecosistema. La respuesta oficial de Bolsonaro no ha dejado indiferente a nadie, el líder brasileño ha puesto a la venta 132 áreas protegidas equivalente al 15% de la selva amazónica para que la iniciativa privada pueda comprarla y encargarse de preservarla, así se evitarían entre otras cosas gastar más dinero público en esta tarea. Ricardo Salles, ministro de medio ambiente: "las empresas privadas o extranjeras podrán costear las mejoras y los recursos de replantación, recuperación de la vegetación y conservación de estos ecosistemas a través del sistema Adopta un parque".
Será importante seguir de cerca la evolución de estas políticas así como el avance de la deforestación y los incendios en el Amazonas, porque aunque ultimamente en las noticias solo se hable de Brasil para referirnos a los más de 100.000 muertos que ya registra por coronavirus, el pulmón del mundo va a sufrir probablemente el mayor deterioro de su historia durante este fatídico año 2020.