Juan Antonio, el mayor, describe con crudeza y sangre fría una situación común para los jóvenes salvadoreños de familia humilde. No extraña entonces que tantos quieran escapar de esa encrucijada mortal, lo que si llama la atención es la valentía y determinación de estos dos adolescentes. Su único miedo, dicen, no son los asaltos ni los secuestros, es la patrulla fronteriza.
Juan Antonio y Miguel Angel forman parte de la caravana de migrantes que recorre estos días México. Un encuentro anual, organizado por Pueblos Sin Fronteras, y que pretende denunciar el calvario que supone emigrar desde el Triángulo Norte de Centroamérica. En esta edición han reunido a 1.500 personas, en su mayor parte familias y menores. Y cuando Trump se enteró de su marcha, escandalizado y asustado, decidió enviar al Ejército a proteger su frontera.