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La pandemia en la crisis migratoria de Latinoamérica

Ponemos la lupa sobre un problema social muy grave que, como tantos otros, se ha visto afectado profundamente por la pandemia. Hablamos de migración, concretamente del corredor humanitario que conecta Latinoamérica con Estados Unidos y que tiene en México su principal campo de acción. ¿Qué ocurre con los migrantes cuando los países que atraviesan en su ruta cierran fronteras o decretan cuarentenas?

Pablo Sánchez Olmos

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El coronavirus ha cambiado las reglas del juego: EEUU no acepta solicitudes de asilo desde mayo, la frontera con Guatemala, aunque porosa, está cerrada y los albergues han reducido los ingresos para evitar contagios. Es el caso de la Casa del Migrante de Caborca, en el estado mexicano de Sonora. Alexander trabaja en este lugar desde hace 4 años y, según explica a Onda Cero, están pasando momentos difíciles.

Un informe de la UNAM, la principal universidad pública del país, cifra en 100.000 las personas migrantes que actualmente se encuentran en México, encerrados en un cuello de botella difícil de sortear. Francis es uno de ellos, viene de El Salvador y asegura que el camino está cada vez más peligroso. Mariano es hondureño y la pandemia le ha impedido encontrar el trabajo que venía buscando. Juan Carlos también es hondureño, pero tiene puesta su mirada más al norte y, según explica a Más de Uno, en cuanto el tiempo lo permita retomará su ruta.

Que las dinámicas migratorias están cambiando con la pandemia parece evidente pero, ¿qué podemos esperar que ocurra cuando esta termine? Nos responde a esta cuestión Alberto Pradilla, periodista navarro y autor del libro 'Caravana', en el que repasa la crisis humanitaria que se vivió en la región en el año 2017.

Cuando hayamos superado la crisis sanitaria tendremos que hacer frente a la económica, y en regiones empobrecidas de Latinoamérica esta última puede ser incluso más mortal que el propio virus. Muchos buscarán el sueño americano con la incertidumbre de no saber quién gobernará al otro lado del muro. Hay muchas dudas, pero algunas certezas por ejemplo que Trump seguirá agitando el discurso del odio con la miseria ajena y que los migrantes seguirán viajando por más difícil que se lo pongan. No les queda de otra.