Hace ocho años, la madre de Olivia decidió marcharse a Polonia con su hija y sin permiso del padre de la niña, que tiene la custodia de la menor desde 2013. Desde ese momento, Alberto intenta buscar a su hija sin éxito, a pesar de haber decretado una orden de busca y captura de la madre desde 2014. Alberto explica que no conseguía encontrar a su hija ni él ni la Guardia Civil porque había instituciones que estaban protegiendo el delito de sustracción de menores. "Hasta la propia policía estuvo tapando este delito".
Relata que cuando le comunican que han encontrado a su hija y que puede ir a Polonia a buscarla, él tiene dudas porque le han engañado muchas veces durante estos ocho años. Cuenta que el mismo día que fue avisado consiguió viajar y cuando llegó al punto donde estaba su hija no se podía imaginar que iba a poder ver a su hija. Asegura que "han sido muchos años de locura y sufrimiento".
Explica que durante este tiempo ha intentado averiguar en qué colegio estaba su hija o donde vivía, pero no lo ha conseguido porque "le han hecho la vida imposible en Polonia". Relata que en Polonia se han encargado de que su hija se olvide del castellano y del mallorquín y confiesa que hasta pusieron en la figura de padre a otra persona para intentar que se olvidara de él pero no lo consiguieron. "El mismo día que nos reencontramos estábamos jugando en el hotel como si no pasara nada".
Además, cuenta que en Polonia a su hija la han estado cambiando de casa y la han privado de la compañía de otros niños. Aún así, Alberto afirma que "estoy intentando conseguir un teléfono de la madre para que mi hija tenga un vínculo con ella y pueda crecer con papá y mamá".
Por último, Alberto Encinas denuncia que no solo existe en Polonia el caso de su hija, que hay otros niños retenidos y pide a España que se pongan manos a la obra para recabar información sobre los países que no cumplen la ley y que la justicia española pueda actuar en consecuencia.