"No fue hasta después de volverme loco cuando fui consciente de la cantidad de ruido que solemos tener en la cabeza", cuenta Ángel Martín en su libro 'Detrás del ruido'. Y no se refiere al ruido de los coches, la gente, las obras de la calle o el de la radio. Se refiere a aquel ruido que generan pensamientos y conversaciones que tenemos con nosotros mismos relacionados con nuestro pasado, presente o futuro, y que retumban en nuestra cabeza incluso si estamos a solas.
Mensajes como 'no vales para nada', 'vas a caer', 'eres incapaz' o 'se van a reír de ti' se repiten a todas horas bombardeándonos la cabeza, lo que a veces hace prácticamente imposible saber cómo actuar o qué hacer. Por desgracia, "es algo que tenemos que tenemos todos independientemente que hayas tenido en tu vida una situación que te haya partido en dos o no, es algo con lo que convivimos todos todo el tiempo", dice.
Desde hace un tiempo Ángel Martín trata de tomar las decisiones de su vida de forma muy consciente y con calma "para no actuar por inercia y entrar otra vez en esa espiral". Su experiencia personal le ha llevado a la conclusión de que "lo de actuar por inercia y sin pensar no es muy inteligente".
Con el brote psicótico "perdí el contacto con la realidad"
El 4 de junio de 2017 sufrió un brote psicótico y estuvo ingresado durante dos semanas en el ala de psiquiatría de un hospital. "Empecé a vivir en un mundo totalmente distinto, perdí el contacto con la realidad", cuenta. En su mente, creía que había encajado todas las piezas que le dan sentido al universo y empezó a vivir según esas reglas.
Uno de los problemas que había es que, como el universo le había prohibido mencionar a los demás su capacidad, empezó a "vivir en un mundo paralelo" donde hablaba con su "yo" del pasado y del futuro y "pensaba que la Tierra era una nave que nos llevaba a otro planeta".
Cómo hacer para que tu vida no se desmonte de nuevo
Cuando salió del hospital lo hizo totalmente roto, sin conocer qué había ocurrido exactamente y habiendo perdido por completo su identidad. Así, en esa búsqueda de cómo reconstruirse, como no encontró ningún libro en el que apoyarse durante el proceso, empezó a reconstruirse por su cuenta. A raíz de eso, escribió 'Por si las voces vuelven', donde cuenta lo que le pasó y "lo que hice yo para remontar después de un brote psicótico".
Después de su publicación, muchos lectores le preguntaban por cómo lo hacía ahora para que no volver a sufrir un brote psicótico. Entonces, pensó: "igual hay un interés en saber cómo se hacen las cosas para intentar que no se vuelva a ir todo al carajo".
Por ello, decidió escribir 'Detrás del ruido' "por si a alguien le sirve lo que yo estoy haciendo desde que pasó aquello para que nada se desmonte otra vez. Ahí tienes las herramientas y si te sirven, cópialas", dice Ángel.
La recuperación después del hospital: volver a rehacerte
El libro también sirve de ayuda para familiares y amigos de quienes sufren un brote psicótico. A menudo se cree que cuando alguien sale del hospital es que ya está completamente "bien", pero no es así, sino que llega la segunda parte de la recuperación.
Tienes que volver a rehacerte con una sensación donde todas las emociones están a cero
"Quien ha estado ingresado por eso tiene que reencontrarse él, enfrentarse a todo lo que ha pasado y descifrar el por qué. Tienes que volver a rehacerte con una sensación donde todas las emociones están a cero y muchas cosas que sentías ya no las sientes", detalla haciendo hincapié en que todo está alterado. En su experiencia, "no sabes ni quién eres tú y es probable que no sepas ni qué sientes por los otros".
"La urgencia de los otros es muy agotadora"
Además, en el libro se aprende que es mejor no hacer muchas preguntas porque no ayudan porque "estás tratando de responder las tuyas". Asimismo, sobran los mensajes positivos del estilo 'ya está', 'todo ha pasado', 'ya estás bien'. En definitiva, "todo el mundo tiene la solución, pero son frases que ya las sabes [...] La urgencia de los otros es muy agotadora", admite Ángel.
'Detrás del ruido' invita a todos los lectores a hacer un examen de sus propias vidas y comprobar si su presente, si su punto vital, es el que verdaderamente quieren. "Muchos damos por sentado que estar mal forma parte de estar vivo. [...] Estar mal es una señal de alarma, de que algo no está yendo bien, así que ponte a resolver", insiste.