Después de 57 años de carrera, Beatriz Carvajal se siente afortunada por no haberse dedicado a nada más en la vida que a aquello que más le gustaba: ser actriz. Tras toda una trayectoria siendo famosa -alcanzó su mayor popularidad con el programa 'Un, dos, tres... responda otra vez'- asegura que nunca se le subió la fama a la cabeza.
"A mis hijas siempre les decía: 'no os pongáis tontas porque a mamá la conozcan, porque es el resultado de su trabajo, pero no es más importante que la mamá de vuestra compañera", cuenta recordando aquella época.
'Otra vida', una comedia que hace reflexionar
Ahora, Beatriz Carvajal está hasta el 27 de marzo en el teatro Fernán Gómez del Centro Cultural de la Villa (Madrid) con la obra 'Otra vida', una comedia escrita y dirigida por Oriol Tarrason.
La obra se desarrolla en una residencia de mayores donde los residentes tienen una radio, 'Radio Diálisis'. Un residente pone canciones que nunca sabe quién las cantaba y se dedica a dar el parte de defunción diario. En tono de comedia, la obra "hace reflexionar, que es la obligación del teatro", explica Beatriz, que hace de Marta, una mujer de 74 años que, tras morir su marido y entrar a la residencia, se cambia el nombre a Solange.
Solange se niega a ir a vivir con su hija porque todavía se siente viva y quiere ser independiente. Por ello, decide irse a la residencia, donde conoce a Ernesto (Jesús Castejón) y a Mateo (Juan Gea). Cuando Solange entra en la residencia, "revoluciona" el ambiente y las conversaciones pasan a ser sobre sexo y sobre la eutanasia, entre otros temas.
Me iba a ver los ensayos y a babear de envidia de aquellas actrices que estaban encima del escenario. ¿Yo algún día podré hacer algo así?
Antes de dedicarse a ser actriz, Beatriz amaba tanto el teatro que se iba a ver los ensayos de algunas obras porque sus padres eran amigos de Alfredo Mañas. "Me iba a ver los ensayos y a babear de envidia de aquellas actrices que estaban encima del escenario", dice mientras recuerda que se preguntaba: "¿yo algún día podré hacer algo así?".
Finalmente, un día Antonio Ferrandis -que apodaba a Beatriz como "doña María Guerrero", por lo pesada que era con el teatro- le presentó a José Luis Alonso, director del Teatro María Guerrero.