Esta es la historia de un futbolista de éxito. De un jugador que a lo largo de su carrera ganó muchos títulos, marcó casi cien goles y vivió muchas alegrías. Y algún disgusto también, claro, así el deporte.
Es la historia de un futbolista que jugó en una docena de equipos, empezando por el Barça, su club de toda la vida. Jugó en equipos de tres continentes distintos -en Europa, en Asia y en América-, y por eso, a lo largo de su carrera, conoció compañeros de todas las nacionalidades: jóvenes, veteranos, estrellas internacionales, balones de oro. Conoció a cientos de compañeros de los que aprendió y a los que también enseñó. Compañeros que duraron más o menos a su lado, según el equipo.
Pero hubo uno que estuvo con él casi desde el principio de su carrera. Un compañero no deseado. La soledad.
Verbalizar algo que llevaba dentro desde hacía años
Esta es la historia de Bojan Krkic, futbolista y autor del libro 'Controlar lo incontrolable', una autobiografía donde se desnuda ante el público para contar momentos muy felices -y otros no tanto- de su vida.
A la hora de escribir el libro, su objetivo era "verbalizar algo que llevaba dentro muchos años" de una forma positiva y que ayude a cualquiera que se pueda sentir identificado con ello.
En los últimos años en los que percibía que era el final de su etapa como futbolista sentía que era el momento de poder contar su historia a través de un documental y ahora un libro. En definitiva, se trata de "hacer de mi historia una historia visible", dice Krkic, hasta llegar al actual estado de paz, de plenitud y satisfacción tras acabar su etapa en el fútbol.
Enseñar a los chavales sobre el silencio y la soledad
'Controlar lo incontrolable' también sirve para preparar a los futuros futbolistas no sólo para competir y marcar goles, sino para todo lo que hay antes y después de salir al campo. Enseñarles sobre el silencio y la soledad.
En casos similares al suyo, Krkic asegura que "lo más importante de esto es estar a su lado, empatizar y acompañarles en el camino".
Cuando lo que ocurre fuera del campo importa más que lo de dentro
Uno de los primeros momentos en los que Krkic se dio cuenta que, aún dedicándose al fútbol -que siempre había sido el sueño de su vida- ya no era feliz fue "cuando empieza a tener más protagonismo lo que pasa fuera del campo que lo que ocurre dentro".
En ese momento, comenzó su gestión de no perder la esencia de lo que le había llevado hasta allí. "Fue un proceso en el que tuve que intentar ponerme dentro de una burbuja para que lo de fuera no condicionara el sentimiento que tenía por el fútbol", explica.
El hecho de ser un personaje público era algo que llevaba mal, pues nunca se había imaginado la repercusión que supondría ser jugador de fútbol. Además, en su caso pasó de ser completamente anónimo a famoso en un tiempo muy corto.
A pesar de todo, Krkic agradece el cariño de la afición desde el primer momento, algo que le ha beneficiado a "seguir para delante en la situaciones más adversas".
¿Ha mejorado la comprensión de salud mental por parte de la sociedad?
Su primer ataque de ansiedad le dio durante una convocatoria con la selección española en Málaga contra Francia. "Ahí fue cuando la Federación y mis propios compañeros del Barça fueron conscientes de lo que estaba viviendo", cuenta. Sin embargo, no se sintió preparado para afrontarlo y decidió hacer "como que nada pasaba" porque no quería que aquello frenase su carrera.
A día de hoy, por fortuna, todo ha evolucionado mucho y la salud mental es un tema que ocupa el debate cotidiano y, por consiguiente, también ha llegado al deporte. En el caso del fútbol, Krkic es considera que, según su experiencia actual, "la presión y el trato que reciben es mucho más amable" que cuando él empezó.