ENTREVISTA EN 'MÁS DE UNO'

Buffalo Kids, una película de aventuras y humor "hecha con el corazón"

Pedro Solís yJuan José García Galocha presentan en 'Más de uno' la película 'Buffalo Kids', una historia viajando en el viaje real que a finales del siglo XIX hacían los niños huérfanos desde Nueva York hasta el lejano oeste para que los pioneros los adoptaran.

ondacero.es

Madrid |

La historia de la película 'Buffalo Kids' es una gran aventura de unos huérfanos, Mary y Tom, que llegan a Nueva York buscando a su tío y, como no lo encuentran, deciden coger un tren para ir a su encuentro. Durante el trayecto, conocen a Nick, un niño muy especial, y a partir de ahí empiezan a vivir una serie de aventuras que les llevan por grandes paisajes y a conocer el mundo de los indios y vaqueros. Todo este recorrido lo hacen para buscar a su tío y encontrar una familia

Una película llena de aventura, humor y emoción

"Lo bonito de la película es que está llena de situaciones entre el corazón y la emoción", dice en 'Más de uno' Juan José García Galocha, uno de los directores.

El film, dirigido también por Pedro Solís, está hecho con mucho corazón, "poniendo todo lo que teníamos dentro", hasta lograr una película que gustase mucho tanto a padres como a hijos. Se trata, principalmente, de una película de aventuras, acción y humor donde se combina a la perfección los momentos de emoción.

Los indios cheyene supervisaron las referencias en la película

Su productor se fue a Estados Unidos a realizar el mismo recorrido que hacen los niños en tren desde Nueva York. Fue hasta una reserva de indios cheyene para hablar con ellos y acordaron que ellos supervisarían todo lo relacionado con el mundo cheyene en la película.

"Nos dieron referencias sobre las vestimentas, el peto de huesos que lleva el jefe indio, los trajes oníricos en la escena de los niños bailando o el mensaje que se dice durante la fogata", cuenta Galocha.

Además, haciendo el doblaje en inglés -que lo hicieron los propios cheyene- les corrigieron las señales de humo porque realmente los cheyene no se comunicaban por señales de humo, pues el enemigo les vería. Se comunicaban con huesos de animales que imitaban el sonido del águila.

Por tanto, tuvieron que cambiar el guión en ese mismo momento para hacerlo más fiel. "La relación con los cheyene ha sido increíble. Nos han ido guiando de la mano", dicen los directores.

Basada en una historia real

La historia está basada en el viaje real que hacían los niños huérfanos de Nueva York en trenes al oeste para que los pioneros los adoptaran. Al conocer esta historia, los directores no dudaron en ambientar la película en esa época, pues era "el hilo perfecto".

A partir de ahí, se dieron cuenta de que se les presentaban "unos paisajes impresionantes que nada tienen que ver con las películas antigua del oeste donde todo era arena, tierra y colores ocre", cuenta Galocha. Por lo que esa riqueza visual fue también uno de los motivos para seguir adelante con la idea.