Con motivo del 40 aniversario del la Denominación de Origen Rueda, en Más de uno hablamos con el Consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de Castilla y León, Jesús Julio Carnero, y con la presidenta de la Denominación de Origen Rueda, Carmen San Martín, sobre la peculiaridad de los vinos de esta tierra singular, en la que la uva verdejo es la gran protagonista.
San Martín explica que su trabajo es llevar a los consumidores "el mejor vino posible" y añade que el verdejo es ahí "donde da su máximo esplendor", por lo que asegura que cuando consiguen que el consumidor lo pruebe, "generalmente repite". Además, agradece a los consumidores que les sigan eligiendo.
Por otro lado, Carnero recuerda que el vino da 19.000 empleos en su comunidad autónoma y apunta "este milagro lo hemos conseguido los castellanos leonenses en los últimos 40 años". Asimismo, reflexiona sobre la posición de su gobierno regional sobre las PAC, "necesita muchísimo afinamiento todavía", dice, tanto por parte de España como de la Unión Europea.
Diez siglos de historia
La Denominación de Origen Rueda, cuna de la uva verdejo desde hace más de diez siglos, celebra su 40 aniversario de elaboración de vino de extraordinaria calidad, que se adaptan a las nuevas tendencias de consumo. Por ello, esta tierra lidera el mercado de los vinos blancos de calidad.
La variedad verdejo junto con los suelos “cascajosos” (cantos rodados de la cuenca del Duero) y el clima continental (diferencia muy brusca de temperaturas) se logra un tipo de vino blanco único, imposible de imitar en ningún lugar del mundo.
La vendimia se realiza a máquina, lo que permite llevarla a cabo el momento justo de maduración de la uva, factor clave para la elaboración de los vinos de calidad. Prácticamente el 95% de la uva blanca se vendimia mecánicamente gracias a la modernización de la D.O. Rueda y la adecuada tecnología de los lagares.
Además, es una labor nocturna, ya que la ausencia de luz evita las oxidaciones de los mostos y el fuerte descenso de las temperaturas durante la noche, provocada por la altitud de la zona, hace que la uva sintetice más polifenoles, dando lugar a unos vinos con gran expresividad aromática.