Hace poco más de un año leíamos un reportaje en el diario El País que firmaba el periodista Sergio C. Fanjul. Se titulaba 'Rodaje en el Chinatown de Madrid: las vidas que se esconden al otro lado del mostrador del bazar chino'. Era un texto que informaba sobre el final de la grabación de una película que retrata la vida -y los conflictos a los que se enfrentan- los hijos y las hijas de una familia de inmigrantes chinos: niños y adolescentes españoles -nacidos y criados aquí- pero que inevitablemente viven entre dos mundos: el suyo y el de su familia. En este caso, España y China.
Aquella película que se terminó de rodar hace poco más de un año ya se puede ver en los cines. Se llama 'Chinas', está escrita y dirigida por Arantxa Echevarría, la directora que ya emocionó a su público hace cinco años con 'Carmen y Lola'.
Crear una atmósfera de juego para trabajar con niños
Trabajar con gente no profesional, con niños y adolescentes, "no es fácil", porque "tienes que crear una atmósfera muy libre, muy de improvisar y de jugar", cuenta en 'Más de uno' Arantxa. Sin embargo, a pesar de la dificultad de trabajar con niños, "cuando sale bien, es un regalo".
Uno de los aspectos de aspectos más interesantes de esta película es que muestra laintimidad -y los conflictos- de las familias de inmigrantes chinos que tienen hijos nacidos y criados en España. Este es el caso, por ejemplo, de Claudia, la hija mayor de un matrimonio chino, dueño de un bazar, a la que interpreta Xinyi Ye.
'Chinas' es la primera que hace Xinyi, Lucía, Valeria e incluso la madre de Xinyi. A la hora de hacer el casting, Arantxa confiesa que buscaba actores que se parecieran a los personajes y, por eso, "podían tirar de sentimientos y de recursos reales" sin los cuales habría sido más difícil trabajar con actores naturales.
"¿Quién soy? ¿Qué hago aquí?": la eterna búsqueda de la identidad
Xinyi tiene mucho de su personaje Claudia. Con ella comparte esa búsqueda de la identidad cuando empezó a ser adolescente.
"Me juntaba con mis amigos españoles en el colegio, recibía educación de españoles, pero luego llegaba a casa y me decían mis padres que no podía ser ni hacer lo que hacían mis amigas españolas, que yo soy china", cuenta la actriz, quien en esos momentos se replanteaba toda su existencia: "entonces, ¿qué hago aquí? ¿Quién soy? ¿De dónde soy?".
Tolerar el racismo para evitar sentirse distinta
A día de hoy, Xinyi reconoce que de pequeña se acostumbró a los microrracismos que sufría a diario por parte de sus compañeros.
"Empecé a normalizarlo y hasta a reírme con ellos para no sentirme fuera o diferente a ellos. Pero normalizarlo es horroroso", confiesa sobre una tendencia que se da especialmente en la adolescencia para evitar ser excluidos del grupo.