Veintiséis personas que ayer estaban presas a esta hora son libres. Estados Unidos y sus aliados concluyeron ayer con Rusia un acuerdo para la liberación de prisioneros en el aeropuerto de Ankara, bajo la coordinación de los servicios secretos turcos. Se trata de la mayor operación de intercambio de presos entre Estados Unidos y Rusia desde la Guerra Fría.
Entre los liberados está el periodista hispano-rusoPablo González, que fue detenido hace dos años y seis meses en una estación de tren en la frontera de Polonia con Ucrania y ha pasado este tiempo en una cárcel polaca de máxima seguridad.
Una compleja operación silenciosa y fructífera
Para lo compleja que era la operación, todos los gobiernos -desde el ruso, hasta el americano, pasando por los europeos- han sido bastante sigilosos evitando que trascendiera a los medios. Así, no fue hasta que empezaron a desaparecer algunos presos políticos rusos de sus prisiones cuando comenzaron las sospechas.
En ocasiones se trata de meros traslados de presos de unas cárceles a otras, pero en este caso se trataba de presos con el mismo perfil: presos políticos encarcelados por haber sido señalados como extremistas o por criticar la guerra con Ucrania.
"Eso nos hizo pensar que estaban siendo concentrados en algún lugar de cara a un intercambio", explica en 'Más de uno' el corresponsal de Onda Cero en Rusia, Xavi Colás.
Joe Biden ha sido "blando" a la hora de negociar con Rusia
Nadie esperaba -y menos en la recta final del mandato de Joe Biden como presidente estadounidense- que se llegase a producir un canje de estas dimensiones y con estos resultados positivos, pues no se ha truncado a mitad como ocurrió con Alekséi Navalni, el opositor ruso que también estaba en una lista de canje y acabó muriendo en prisión hace unos meses.
Durante su mandato, "la administración Biden ha sido, para bien o para mal, bastante blanda a la hora de negociar con Rusia para poder sacar a sus nacionales presos en este país", comenta Colás.
Este tipo de canjes tan desiguales han incentivado este mercado de presos que existe en Rusia. Así, se encargan de capturar a occidentales con cargos que "muchas veces ni las propias autoridades rusas se molestan en explicar, simplemente para tener un fondo de presos como piezas que intercambiar con Estados Unidos", dice el periodista.
Informes sobre personas de la oposición rusa
A diferencia de los rusos liberados por Moscú en las últimas horas, Pablo González -el periodista español que detuvieron hace dos años y medio mientras cubría el inicio de la guerra en Ucrania- no estaba en prisión por algo que hubiese dicho en contra de la guerra, sino porque cuando fue detenido, en sus dispositivos electrónicos se encontraron informes sobre personas de la oposición rusa a las cuales él se habría acercado. Aún queda por esclarecer si eso era cierto y para qué tenía esos informes.
Pablo González nació en Moscú y, de momento, tras ser liberado va a volver a Rusia. Sin embargo, según ha comentado su familia, tiene deseos de volver a España más adelante.
¿Esto cambia las relaciones de Estados Unidos con Rusia?
Se está insistiendo mucho en que no había un intercambio de presos a este nivel desde prácticamente la Guerra Fría. Con esto, Vladimir Putin lanza varios mensajes al mundo.
Uno de ellos, que se puede negociar con Rusia, que es un actor político racional dejando a un lado lo relacionado con Ucrania. "Mientras ellos hacen su guerra, son capaces de llegar a acuerdos de manera multilateral con cualquier administración, con una demócrata o republicana", sostiene Colás.