Raúl Ortiz de Lejarazu habla en 'Más de uno' sobre la emergencia global declarada por la Organización Mundial de la Salud a raíz del aumento de los casos de viruela del mono. "No me extraña, se veía venir desde hacía muchos meses", señala el virólogo, que subraya que el período de incubación es "más largo" y la decisión de la OMS busca "focalizar el brote en un sitio y permitir que el mundo reaccione y concentre acciones sanitarias para contener lo antes posible la difusión de casos, aunque esto es muy difícil".
La nueva variante preocupa a las autoridades sanitarias y más tras su aparición en Suecia, siendo éste el primer caso en Europa. "Fundamentalmente, la diferencia es el porcentaje de mortalidad. Esta variante es un poco más grave. Este virus era primo hermano del virus de la viruela", afirma el virólogo, a lo que añade que la enfermedad se puede contagiar "por sábanas de cama que no se hayan lavado, por contacto respiratorio muy cercano y el principal es por piel".
"El brote preocupa un poco más porque el clado I, la nueva variante que produce el actual brote, tiene más mortalidad que el otro, el clado II. Un 4% es una cifra importante. No sé si llegó a 900 muertes mundiales", asegura, para después destacar que los casos mortales se producen en personas "inmunodeprimidas", siendo también de carácter grave para esta población: "A continuación puede ser más grave en niños, cuanto más pequeños más grave, y en personas mayores de 80 años, en las que el sistema inmune se va debilitando".
En cuanto a los síntomas, sostiene que los más tempranos son "como una gripe" y que la persona puede encontrarse "cansada, con malestar, sin nada en concreto": "Las famosas pústulas no empiezan así, empiezan como una mancha que se eleva y aparece una vesícula como las que aparecen en la viruela. Puede haber casos que tienen muchas, pero lo normal es que a veces hay una o dos en el área genital. Hay que hacer una exploración completa al paciente, puesto que son dolorosas y exigen un tratamiento antidoloroso".
Sobre las medidas necesarias para frenar la enfermedad, afirma que los virus "respetan mal las fronteras", aunque cabe hacer "seguimiento de los casos" e "informar bien a la Atención Primaria": "Cada comunidad debe disponer de medios de diagnóstico".