La situación que se está viviendo en Ceuta tras la llegada de miles de inmigrantes marroquíes a la costa española está dejando muchas imágenes destacables durante las últimas horas. En muchas de ellas, se puede ver el arduo trabajo que están llevando a cabo muchos militares españoles, policías y guardias civiles desplazados hasta la frontera con Marruecos, manteniendo la seguridad y, especialmente, atendiendo a las personas que llegan al territorio español. Para conocer cómo viven esta crisis migratoria los cuerpos de seguridad, hablamos con Saray García Pérez y Juan Gabriel Gallegos Ortiz, dos jóvenes legionarios que han trabajado durante las últimas horas ayudando a los recién llegados.
Saray García nos cuenta que estos últimos días han vivido experiencias muy grandes, que no se podían haber imaginado, especialmente al tratarse de su primera experiencia con algo así. "Nuestro trabajo fundamentalmente era ayudar a las personas que llegaban", comenta, añadiendo que muchos de ellos estaban casi ahogados o con hipotermia. Según explica, en múltiples ocasiones debían incluso lanzarse al agua para traerlos hasta la costa desde las lanchas motoras de la Guardia Civil, que los acercaba a la orilla.
La primera reacción: abrazarles
Sobre las cientos de imágenes emotivas que se han podido ver, Saray asegura que la primera reacción que tenían muchos al auxiliarles era la de abrazarlos. Recuerda que en una de esas experiencias que pudo vivir, un niño le abrazó nada más bajar de la lancha porque "venía muy asustado, cansado y no sabía dónde estaba". Además, explica que la gran mayoría de estos inmigrantes que llegan no saben hablar español y que la manera de contactar con ellos es mediante gestos para poder entenderse.
"Tengo muchas más ganas de continuar con mi trabajo"
Respecto a la cooperación de La Legión en esta situación, la legionaria señala que esto es algo que nadie nunca se espera, pero asegura que el grupo militar está siempre para ayudar en todo lo que les venga. "La Legión siempre ha cumplido con su deber", admite, y añade que, aunque lleva poco tiempo en el cuerpo, la experiencia ha merecido la pena. "Ahora tengo muchas más ganas de continuar con mi trabajo y seguir con mi deber", alega.
"El corazón siempre pide ayudar a quien lo necesita"
Por su parte, Juan Gabriel Gallegos Ortiz es el protagonista de una foto que ha tenido bastante repercusión en los medios de comunicación. En ella, se puede ver a un militar que está encaramado a la valla de Ceuta, llevando en hombros a un menor. El legionario explica que el niño había llegado junto a un grupo de marroquíes, más mayores que él, que pudieron saltar abajo por su propio pie. Sin embargo, el pequeño de seis o siete años se había quedado subido a la alambrada, sin posibilidad de bajar. "Estaba asustado y tuvimos que bajarlo para evitar daños mayores. El corazón siempre pide ayudar a quien lo necesita", asegura.
El espíritu de compañerismo de La Legión
Además, Juan Gabriel Gallegos admite que nunca se habían encontrado en una situación así, pero que han intentado ayudar y mirar por el bienestar de la población. A pesar de su corta experiencia, pues apenas lleva un año en el cuerpo, asegura que ha sido una experiencia muy gratificante por el hecho de ayudar a las personas y que le ha demostrado que en La Legión existe un gran espíritu de compañerismo. "Siempre me ha encantado La Legión y desde pequeño he querido entrar aquí dentro. Es algo muy satisfactorio y estoy muy contento de estar aquí", concluye.