'Todas las canciones de amor' es una despedida de Eduard Fernández a su madre, de la que no se pudo despedir al morir durante la pandemia. En el escenario está él sólo interpretando a su madre y, a la vez, interpretándose un poco a él como hijo.
Se trata, por tanto, de una última muestra más de amor y valentía, pues Eduard siente un fuerte miedo, vértigo y terror al teatro. Después de cuatro años sin hacer teatro, dudó mucho sobre la necesidad de hacer la obra o no. Ahora, sin embargo, lo tiene claro: "señoras y señores, parece que tenía alguna necesidad".
"El teatro se termina con el público"
De su obra, confiesa que lo más bonito ha sido la reacción del público, de quien se ha sentido muy recompensado. "El teatro se termina con el público", dice Eduard sobre la necesidad de tener el 'feedback' de los espectadores para asegurarse de la calidad de su función.
A pesar de sus dudas, Eduard Fernández es consciente de que su obra está gustando mucho porque "es una obra emocional y de vida, un color que todos tenemos".
Una de las cosas más complicadas del teatro es memorizar el texto. En su caso, se trata del primer monólogo teatral de su carrera, el cual ha sacado adelante gracias al trabajo constante de su amiga María del Río, "la que más me ha ayudado en los últimos años a algo" y a la que le debe media obra.
Una obra emocional y de vida
En la función, se atreve a hablar del Alzheimer y de la muerte con toques de humor. En una ocasión, cenando lentejas con su madre -que estaba enferma de Alzheimer y quería morirse- Eduard le propuso una solución; dejar de comer. Su madre, miró las lentejas y dijo: "yo creo que eso no va a poder ser".
Al final del texto, se despide: "el amor se está expandiendo en el aire que ustedes respiran".