En 'El libro de Estopa', en el que se recorren los 20 años de la banda, hay fotos de los hermanos Muñoz con poses de estrellas de la canción, cuando eran unos niños que empezaban a tocar y cantar. Sobre todo David Muñoz, que ya apuntaba maneras. "Mi hermano siempre ha sido más chupacámaras", asegura José. Apuntan que la policía en su vida y en sus canciones han tenido mucha influencia, porque el bar en el que se criaron en Cornellá de Llobregat estaba frente a la comisaría. "No todos los polis son malos", bromean. Emilio, de La Banda Trapera del Río fue quien realmente les enseñó a tocar la guitarra. "Mi padre nos enseñaba a colocar los dedos, pero él le ponía nombre a lo que íbamos haciendo", asegura David Muñoz. También han querido recordar que aprendieron a tocar la guitarra siguiendo los acordes de 'Slowly' de Luis Eduardo Aute.
La familia también está muy presente en 'El libro de Estopa: "El tío Lolo hacía guitarras por 'hobby', vendió dos y a nosotros nos regaló otras dos", bromean. En la variopinta familia de los Muñoz también está la abuela Juliana, que fue quien los crió: "No le vino bien vernos en la tele con su Alzheimer, iba a mirar si estábamos detrás de la tele, o nos buscaba en la habitación... y ya el colmo de los colmos es cuando nos veía en la tele y en casa", recuerdan con cariño. La abuela Juliana les llamaba "los tontos de la guitarra".
¿Verán algún día la luz las primeras canciones de los Estopa? 'El periquito' es una de las primeras... que compusieron por un periquito que tuvieron y salió volando: "Mi periquito se echó a volar...", cantan, "era horrible". 'El libro de los Estopa' también es obra de Jordi Bianciotto. "Fue una idea de él y de Planeta, nosotros nunca nos levantamos y dijimos de escribir un libro", bromean. El autor tuvo que enfrentarse al problema de que los hermanos Estopa siempre se levantan. "Dormimos 14 horas diarias", dicen, provocando el enfado de Carlos Alsina. 'El libro de Estopa', como gran parte de su música, es un recorrido sentimental por la música de estos hermanos y por las calles donde crecieron, en Cornellá de Llobregat.
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