Desde hace cinco años, Fernando Aramburu es comúnmente conocido como "el de Patria". Sin embargo, el escritor nunca ha considerado que por hacer fortuna con un libro llegase a alcanzar su último horizonte, ni mucho menos. Durante este tiempo, "el de Patria" ha seguido escribiendo varias novelas. De todas ellas, ahora presenta su nuevo libro 'Los vencejos', editada por Tusquets, la cual, asegura, no se trata de una novela autobiográfica.
"El éxito tiene algo de perturbador"
Aramburu celebra que el "perturbador" éxito de 'Patria' le llegase en una edad de hombre "más o menos madurillo", puesto que, si le hubiese pasado a los 21 años, "habría perdido el contacto con la realidad y habría incurrido en el error de pensar que valgo más de lo que valgo", dice modestamente.
Después de 'Patria', Aramburu ha publicado tres ensayos -'Autorretrato sin mí' (2018), 'Vetas profundas' (2019) y 'Utilidad de las desgracias y otros textos' (2020)-, ninguno de ellos comerciales. Por ello, no se muestra preocupado por que 'Los vencejos' no tenga el mismo éxito que 'Patria'. "En todo caso, a quien le preocupa es a mi editor", bromea, mientras afirma que, "cuando entrego un libro, a los tres días se me ha olvidado".
"Escribo más de lo que publico"
Fernando Aramburu cuenta que, desde que terminó 'Patria', ha escrito varias novelas, todas ellas muy distintas porque no quiere atarse "a un tema, a un lugar o a una época". El escritor vasco confiesa escribir más de lo que publica: "Yo no soy Francisco Umbral, no voy a publicar seis u ocho libros al año. Ya doy la lata lo suficiente con libros de ciertas dimensiones como para salir con dos o tres al mismo tiempo", comenta Aramburu, que dice saber por experiencia que "si uno deja en reserva un texto y vuelve a él al cabo del tiempo, lo mejora".
"No es una novela autobiográfica"
El protagonista de 'Los vencejos' es Toni. Es el protagonista y el único interlocutor con el lector, porque se trata de su diario. Así, el lector conoce a todas las personas que hay en su vida a través de su propia óptica. Es él quien nos cuenta cómo son los demás, quizá -no sabemos- con una visión sesgada, o interesada. De esta manera, el lector tiene la posibilidad de recomponer el dibujo general a partir de las piezas que se le van dando.