La historia de Francesc Tosquelles ha pasado desapercibida para la mayoría de personas. Durante la Guerra Civil, fue el jefe de los servicios psiquiátricos del ejército republicano y trató a miles de soldados con estrés postraumático. Se exilió en Francia al acabar la guerra y trabajó como psiquiatra en el hospital de Saint-Alban, donde inauguró una nueva etapa de la psiquiatría.
En su hospital, no solo cuidó de los enfermos, sino que acogió a heridos de la Resistencia francesa contra los nazis y ocultó a artistas perseguidos como el poeta Paul Éluard o Tristan Tzara.
Francesc Tosquelles revolucionó la psiquiatría española y francesa gracias a su trabajo, que significaba "humanizar a los que llamaban locos y convertirles en seres humanos", explica Evelyn Mesquida, autora del libro 'El cementerio de los locos. La vida extraordinaria de Francesc Tosquelles'.
Tosquelles revolucionó la psiquiatría
Para Evelyn Mesquida, Tosquelles era un hombre completamente desconocido hasta hace tres años. La escritora dio con esta historia del catalán Tosquelles a través de un programa de radio francés en el que hablaban de un pueblo de Francia casi mítico para el mundo de la psiquiatría, Saint-Alban. Es "la meca de los psicoanalistas" por la historia que arrastra consigo.
Su trabajo significaba humanizar a los que llamaban locos y convertirles en seres humanos
En el programa radiofónico hablaban de la ciudad, del castillo feudal convertido en Hospital Psiquiátrico, de varios personajes que habían estado allí y hablaban de Tosquelles. "Reconocían que había revolucionado la psiquiatría en aquel lugar perdido y en una época tan difícil", pues era un refugiado español tras la guerra civil y el inicio de la Segunda Guerra Mundial.
"Era un hombre tan interesante, tan olvidado y me lancé a aprender y trabajar sobre él", cuenta en 'Más de uno'.
Cuando los psquiatras tenían miedo a los "locos"
Desde niño, Tosquelles trató de defender a todos aquellos que él consideraba más vulnerables. Para él era normal conocer y encontrar normales a aquellas personas que calificaban de locos.
En su época, los psiquiatras tenían miedo a los locos, lo que hacía que no les trataran realmente. Durante la guerra civil, Tosquelles creó un centro psiquiátrico cerca de la línea del frente. Allí, decidió que serían civiles quienes tratasen a los enfermos mentales: "cogió a prostitutas, monjas, obreros, campesinos e intelectuales" para curar a los enfermos.
Tosquelles aseguraba que aquellos que ignoraban lo que era la enfermedad mental, inmediatamente lograban estar a la altura y superar a los psiquiatras de la época.