El general del brigada Pablo Guillén, es el máximo responsable de esta base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid), explica en Más de uno cómo ha vivido esta evacuación de los refugiados afganos, tras la llega de los talibanes al poder.
Guillén asegura que lo que más le ha impresionado es "cómo cabe toda una vida en la mochila", porque familias enteras "han tenido que dejar todo lo que tienen y en una siempre mochila traían toda su vida", es más, incluso algunos de ellos lo han traído dentro de una sábana porque no tenían mochila.
Además, el general aclara que "todavía quedan algunas personas en la instalación provisional" a la espera de las ofertas que realicen las Comunidades Autónomas y las diferentes ONG, aunque se espera que terminen de salir esta semana. "El tiempo ha sido nuestra mayor limitación", comenta y sostiene que esta situación le ha recordado a La lista de Schindler, aunque en aquel caso eran "los recursos económicos" lo que les limitaba y a ellos el tiempo.
También ha querido aprovechar para agradecer todo el esfuerzo a todo el equipo, al coronel segundo Barroso y a la UME, que "ha hecho un trabajo espectacular" en todo el operativo de montar el campamento en la base aérea.
Por otro lado, el general de brigada recuerda cuando en 2005, junto a dos oficiales del Ejército del Aire, desembarcó en Heral con la misión de poner en pie la base de Badghis. Sin embargo, no considera que todo el esfuerzo material y económico que se ha realizado durante estos 20 años haya sido un fracaso, porque recalca que "para juzgar lo que está ocurriendo en Afganistán hay que tener en cuenta que "es muy difícil ayudar a un país que no tiene un estado tal y como lo conocemos en occidente" donde la atención "es casi una ayuda personalizada casa por casa".