Diecisiete años después, Jaime Chávarri se vuelve a poner detrás de las cámaras para dirigir su nueva película 'La manzana de oro', una historia basada en la novela 'Ávidas pretensiones' de Fernando Aramburu.
Este tiempo, sin embargo, no ha sido infructífero. "He estado dando clases, que es lo que más me gusta del mundo", explica Chávarri en 'Más de uno'.
Además, ha participado como actor en muchos proyectos de sus alumnos, algo que considera muy divertido: "Últimamente hago de mendigo asesinado, que está muy bien", cuenta entre risas sobre uno de sus papeles.
El compañerismo impera en las clases de cine
Una de las cosas que más agradece a lo largo que han ido pasando los años es la buena educación que tienen sus alumnos en las clases, tanto con el profesor, como entre ellos.
En otros países, por el contrario, no es así, "son crueles porque quieren aprender". En España, eso todavía no existe. "Hay una especie de compañerismo que está muy bien en la relación personal, pero en el momento de juzgar los trabajos me parece un poco excesivo. Se lo digo, pero no me hacen caso", dice.
"Los poetas son como todos, pero a su manera"
Chávarri asegura que ha disfrutado mucho del rodaje de 'La manzana de oro', "sobre todo, por la sensación de equipo", donde ha imperado el buen ambiente entre los equipos técnico y artístico.
El guion de la película es ambiguo. En 'La manzana de oro', un grupo de poetas de distintas generaciones y estilos; algunos viejos conocidos y otros que debutan, compiten por un premio.
Cuando se produce el fenómeno de la poesía, ¿qué más da cómo sean los poetas?
"Los poetas son como todos, pero a su manera", resume el director. Esto quiere decir que tienen las mismas vanidades y egos que cualquiera, "pero tienen una cualidad maravillosa, y es que no hay dinero de por medio".
La relación de los poetas con su mundo interior
Para los poetas más serios, su última finalidad es producir la emoción en el otro. Por eso, "cuando se produce el fenómeno de la poesía, ¿qué más da cómo sean los poetas?", reflexiona Chávarri sobre la relación de los poetas con su talento.
En el film, el director quería incorporar el humor sin dejar de tratar los temas propios de la poesía, desactivando los temas serios que se tocan a través de la ironía. En definitiva, el centro de la película es "la relación del mundo interior de esos poetas con su trabajo", define Chávarri.