Carlos Alsina entrevista en Más de uno Jordi Amat autor de 'El hijo del chófer', un libro en el que relata la historia de Alfons Quintà y el nacimiento de la televisión pública catalana, TV3.
Comenta que decidió escribir sobre Quintà cuando leyó la carta de chantaje que había escrito de adolescente a Josep Pla, "vi que el personaje tenía una inteligencia pérfida que merecía la pena estudiar". Porque sabía "cómo podía ejercerse el mal a través de la información" por lo que "valía la pena reconstruir su peripecia".
Relación entre Quintá y Pujol
En cuanto a la relación con Jordi Pujol, Amat descarta que sea verdad la teoría que dice que Quintà se fue al Palau de la Generalitat con una información sobre Banca Catalana que habría forzado al entonces president a contratarle para ser el presidente fundador de TV3. Explica que Pujol era también un personaje muy inteligente que comprendió que teniendo a su favor al periodista "podía desactivar a un enemigo que ha sido peligroso".
Cree que "hay informaciones que obligan a repensar cómo hemos contado ese periodo" y que la "confesión de Pujol obliga a repensar el pujolismo".
Banca catalana
Explica que consiguieron "resolver de una manera opaca esa crisis bancaria" y plantea su hipótesis, "el libro habla del 78 catalán, pero es el 78 español y ahí están implicados algunas de las figuras claves de ese momento de consolidación del régimen democrático".
Asimismo, habla de cómo consiguió Pujol darle la vuelta al problema y convirtió la investigación en un ataque del Estado hacia Cataluña, "hay una larga intervención del fiscal José María Mena donde se habla de la figura de la víctima cómplice, buena parte de la ciudadanía asumió que en lugar de cuestionar por qué el presidente de la Generalitat había tenido responsabilidades en un banco quebrado con la pérdida de los ahorros de los accionistas, eso es una operación política descomunal", declara.
Recuerda que "Quintà se encargo de redactar la crónica que se leyó en el informativo de la noche con la identificación de quién eran los malos de la película" y que desde sectores del poder de Madrid "vieron que Pujol podía ser un personaje útil para enfrentarse a Felipe González".
Suicido
Sobre el suicidio de Alfons Quintà, Amat apunta que además de los problemas políticos que tenía, era "alguien con una enfermedad psiquiátrica tratada desde muy pronto" y que "tenia una obsesión enfermiza con el padre, desde el primer momento se odiaron".
Afirma que era "un chaval con enormes problemas" y que tenía marcas de la hebilla del cinturón del padre en la espalda. Aunque por otro lado, también le vieron perseguir en el año 68 a su mujer con una pistola.