A lo largo de este último año la pandemia de coronavirus ha ocupado todas las portadas. Se ha hablado sobre las pérdidas de familiares a causa del virus, de los enfermos, de la vida en aislamiento en las residencias de mayores, de las consecuencias económicas en los pequeños negocios, autónomos o las personas que han perdido el empleo o están con el empleo suspendido. Pero, ¿y las consecuencias en las personas que están esperando una respuesta a su petición para recibir una ayuda oficial?
Carlos Alsina ha hablado en Más de uno con José Manuel Ramírez Navarro, presidente de la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales (ADYGSS), sobre cómo la pandemia de coronavirus ha afectado a aquellas personas dependientes, que están esperando una plaza en una residencia o en un centro de día o están a la espera de recibir una ayuda que les preste la Administración Pública en sus domicilios.
El informe presentado ayer por la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales ofrece unos datos estremecedores. Antes de la pandemia, la lista de espera para conseguir una plaza en una residencia era de aproximadamente dos años. En el 2020, más de 55.000 personas han fallecido sin llegar a tener respuesta en la petición que habían formulado.
José Manuel Ramírez explica que la lista de espera se compone de aquellas personas a las que se les ha reconocido el derecho y, por otro lado, hay personas, concretamente 145.000, que están pendientes de ser valoradas. "En total en España hay 373.800 personas que están en esas listas de espera y de ellas en 2020 fallecieron más de 55.000 sin recibir la prestación a la que tenían derecho en un año tan difícil como este", sostiene.
Ocho de cada diez personas que han dejado la lista de espera han fallecido
El balance indica que de cada 10 personas que había en lista de espera, ocho han salido de ella, aunque no porque se les haya asignado una plaza, sino porque han fallecido. "Esto es lo dramático. La lista de espera se reduce porque pasan a estar en el cementerio. Si hubiese un indicador de sufrimiento, las personas que mayor sufrimiento han tenido son aquellas que están abandonadas de una prestación a la que tienen derecho", declara el presidente de la asociación.
"El Ministerio de Derechos Sociales no incrementó el presupuesto ni un solo euro en 2020"
Además, José Manuel Ramírez explica que esto se debe a tres motivos concretos: "Por un lado, ha habido un impacto provocado por una enfermedad terrible como la Covid-19. Por otro lado, hay un complejo proceso burocrático de unos procesos misericordes con las personas más vulnerables, que no ha sido capaz de adaptarse a las demandas. Por último, el Ministerio de Derechos Sociales no incrementó el presupuesto ni en un solo euro en el año 2020".
El presidente manifiesta que el presupuesto del Sistema de Atención a la Dependencia "se tendría que haber incrementado" para "atender en estos momentos tan difíciles a más de 1,5 millones de personas en España". "Esto es como si en plena pandemia hubiesen despedido al personal sanitario y hubieran recortado presupuesto en sanidad", aclara
"Esto ha provocado un retroceso en el Sistema de Atención a la Dependencia. En residencias y centros de días se retrocede a septiembre de 2017", afirma Ramírez.
Cataluña, la comunidad peor valorada
El balance critica fuertemente la gestión de este servicio en las comunidades autónomas y evidencia las desigualdades entre territorios. Tan solo ocho regiones aprueban.
"Hay comunidades como Castilla y León, Andalucía y Castilla La Mancha que tienen una nota de notable. Hay otras con un nivel muy deficiente, como Cataluña, que ha pasado a ser la última y ha sido valorada con 1,4 sobre 10. Cada media hora, fallece un dependiente catalán en la lista de espera", cuenta el presidente.