Josep Borrell afirma que todos los países tendrán que recurrir a la deuda para salir de esta crisis porque con los recursos normales de cada año no se puede hacer frente al problema. Sin embargo, objeto de debate es cómo debe generarse esa deuda, si cada uno por su cuenta o mancomunada.
En ese sentido, explica la propuesta de España de no usar la fórmula de préstamos al país por parte de otros socios, sino que se genere un fondo y después se hagan transferencias a los estados. Asegura que España plantea una fórmula de "deuda perpetua, permanentemente renovable" que el BCE podría comprar de manera que sólo habría que hacer frente al pago de los intereses.
"La gran novedad es que hasta ahora cuando las instituciones comunitarias se endeudaban era para dar préstamos con ese dinero a los estados, es decir, se generaba deuda para facilitar que los estados se endeudaran. Pero algunos como Italia o España no pueden seguir endeudándose al nivel que la crisis requiere, por lo que hay que endeudarse a nivel europeo para con ese dinero financiar problemas de gasto. No endeudarse para que se endeuden, sino para gastar a nivel europeo. Esto es un salto cualitativo en la solidaridad europea", asegura.
Sobre sus declaraciones de hace unos días, en las que afirmaba que el Estado debía entrar en el capital de determinadas compañías de sectores estratégicos para evitar su quiebra, Borrell asegura que está sucediendo en todas partes y que por ejemplo, Reino Unido ha modificado las condiciones de las concesiones ferroviarias para evitar la quiebra, lo que en la prácica equivale a una renacionalización.
"Hemos tenido que modificar las condiciones de ayuda a las empresas para que Alemania pueda entrar en el capital de muchas de ellas. Si un problema se puede arreglar con préstamos de tesorería para hacer frente a la falta de liquidez, muy bien. Pero cuando el problema es de solvencia y financiación, claro que el Estado tiene que entrar en el capital de las empresas", asegura.
También opina sobre el papel de Europa en esta crisis sanitaria y que sucedería con los nacionalismos si la UE fracasase, como ya apuntó en Más de uno el expresidente del Gobierno, Felipe González.
Borrell advierte de que con la vuelta a las fronteras, el nacionalismo tiene alguna baza que jugar, pero que en la situación en la que estamos, es probable que esa mezcla de populismos se vean reducidos a una escala mucho menor de trascendencia.
"Es verdad, si Europa fracasase volverían los nacionalismos, pero no va a fracasar", sentencia.
En este sentido, también opina sobre las declaraciones del Govern catalán, que afirmó este lunes que en una Cataluña independiente no habría habido tantos muertos por coronavirus. Afirma que no merece la pena comentar esta declaración y recuerda que la situación de las residencias de ancianos no depende del Gobierno central sino del autonómico catalán.
