Ayer a última hora del día, el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, anunciaba que imponía la ley marcial. Para proteger, según defendía en un anuncio televisado, el orden constitucional y evitar el acercamiento de la oposición, a la que acusaba de colaborar con Corea del Norte, país enemigo.
Con la aplicación de la ley marcial se restringen las libertades básicas; se ordenaba el control de los medios de comunicación y se prohibía cualquier actividad política como protestas, manifestaciones o huelgas. También se ataba de manos a los órganos judiciales.
Rechazo inmediato de la población y del Parlamento
La medida tuvo el rechazo inmediato del propio partido del gobierno y de la oposición. También de la ciudadanía que salió a las calles a protestar, a pesar de la prohibición, y se concentró a las puertas del Parlamento. Aunque la ley marcial implica la disolución de la Asamblea Nacional, los diputados se reunieron durante la madrugada y aprobaron una resolución en contra de esta leypor unanimidad de los 190 diputados presentes.
Por el momento, tanto los ciudadanos como el Parlamento han ganado el pulso al presidente surcoreano hasta el punto de que ahora quien se enfrenta a una moción de destitución es él.
En Seúl, capital de Corea del Sur, se encuentra Jacobo Florido, concejal de Turismo de Málaga que forma parte de una delegación que viajaba hasta allí para promocionar su ciudad y captar turistas en el mercado coreano. En estos momentos, "hay una aparente calma" en el país, aunque se sigue notando la tensión de "qué va a pasar", explica en 'Más de uno'.
Una amenaza de huelga general en Corea del Sur
La oposición pide la dimisión del actual presidente, mientras éste está enrocado en el poder. Asimismo, "hay una amenaza de huelga general y no sabemos si esto nos va a impedir volver", dice hablando de los vuelos de vuelta que tenían para mañana.
En la jornada de ayer, Florido asistió a varias reuniones y a la inauguración de una exposición de Picasso en Seúl. Cuando estaban terminando de cenar se enteraron de la noticia de que se había declarado la ley marcial, algo que al principio se tomaron "con incredulidad".
Entonces, se pusieron en contacto con el embajador español en Seúl, quien les recomendó volver cuanto antes al hotel. A medida que avanzaban las horas y las noticias, fue como "una especie de artimaña del actual presidente para poder seguir gobernando", detalla el concejal.
