Miguel dice que desde el primer momento se dieron cuenta de que se estaban enfrentando a un atentado terrorista y afirma que cuando llegó a Las Ramblas, "la estampa no se me olvidará en la vida. Acostumbro a verla llena de gente y en ese momento era como si hubiera pasado un viento huracanado y había un montón de gente tirada en el suelo".
Sobre cuál era la prioridad, si mantener a salvo a la gente o buscar al autor del atropello, dice que "eres consciente de que si descuidas la seguridad, puede que te peguen un tiro y dejes de ayudar porque no sabíamos si había un tirador o explosivos". "Se hizo lo mejor que se pudo, se distribuyeron tareas y nos coordinamos muy bien con los Mossos, que llegaron al momento".
David Jové, coordinador de Cruz Roja en Barcelona, habla del apoyo psicosocial que desplegaron para ayudar a las víctimas del atentado. Afirma que se desplazaron varios equipos por Las Ramblas y que la principal complicación fueron las diferentes nacionalidades, por lo que tuvieron que pedir colaboración para que enviaran traductores.