Nieves Herrero explica que la radio es su pasión, su vida y que siempre se siente periodista de guardia. Además, explica que lo que más echa de menos ahora mismo son los abrazos porque a ella le encantan los programas con gente: "Dentro de nada estaría en San Isidro rodeada de gente o en la Puerta del Sol. Necesito abrazos, no los tengo y los echo de menos".
También rememora el momento que más le marcó como periodista: el 11M. Explica que ese mismo día tenían que operar a su madre de algo muy grave y habían madrugado para ir al hospital.
"Puse la radio y escuché a una compañera desde Atocha contando que había explotado una bomba. Se lo conté a mi madre, me miró y me dijo: 'Vete, tienes que contarlo'", afirma.
Cuenta que estuvo con su marido en el Pozo del Tío Raimundo contando todo y abrazando a policías y ciudadanos que no sabían muy bien qué estaba sucediendo, pero que mientras pensaba en su madre y en si la estaban operando.
"Por la noche llegué al hospital y no la habían operado porque estaban desbordados. Le cogí la mano, le pedí perdón y me dijo: 'Estás aquí conmigo, Nieves'. Me funde ese momento de radio único que estará en mi vida y que irá conmigo a mis espaldas porque siempre me pregunto qué tenía que haber hecho, si contar lo que tenía que contar o estar con mi madre", recuerda.