El CEIP Castellar-Oliveral es el primero de los colegios que vuelve a abrir sus puertas en todo el área arrasada por la DANA. Está en Castellar-Oliveral, una pedanía de Valencia, desde donde se encuentra Carlos Alsina haciendo un programa especial para conocer de primera mano los testimonios de alumnos, profesores, padres y madres que han sufrido las devastadoras consecuencias de la riada.
Elsa, Lucas, Álex, Adrián, Diego y Samu, alumnos del colegio, explican qué es exactamente lo que ha ocurrido en la zona, que se ha llevado por delante casas, coches y, en el peor de los casos, vidas humanas.
La DANA fue como: "abran paso que viene el tsunami"
Para ellos la DANA ha sido como "abran paso que viene el tsunami", resumen. Todos son conscientes de que el temporal ha hecho mucho daño a otras personas, incluso a gente de su entorno. "Yo tengo varios familiares afectados. Lo he pasado muy mal estos días porque no he podido ir a verlos", dice un alumno.
Además, se muestran preocupados por lo ocurrido; "me parece preocupante esta situación, pero esperemos que se acabe pronto".
Ayudarse entre todos para superar la desgracia
De momento, lo que tienen que hacer es esperar y "ayudarnos entre todos para ir quitando el barro y el agua", dicen mientras algunos cuentan que se pasaron hasta seis horas limpiando.
Vino un camión que trajo un montón de ropa y de agua, y nos pusimos a llorar todos
"El otro día estábamos en casa de mi abuela y vino un camión de provincias que trajo un montón de ropa y de agua, y nos pusimos a llorar todos", cuenta otro, mientras un compañero añade que "mis vecinos vinieron a limpiar conmigo el patio".
Con los sonidos de las ambulancias "lo pasaba muy mal, me daban angustias"
En esta semana que han estado sin colegio confiesan que querían volver a clase "porque no podíamos ver a nuestros amigos porque no podíamos salir de casa". Además, como no funcionaba la tele, o se iban a dormir a la cama "o me ponía a ver las estrellas", cuenta Elsa. Otro, pasó los días viendo la tele o jugando a la tablet e incluso un día pudo salir de casa.
En el caso de otro, recuerda que vio helicópteros de militares y alucinó. Cuando vio que los militares llegaban a otros pueblos de al lado pensó: "esto es grave".
Uno de sus compañeros confiesa que lo pasaba muy mal porque cada mañana escuchaba los sonidos de las ambulancias: "lo pasaba muy mal, me daban angustias". De la misma forma, otro alumno cuenta que "hasta me tuve que poner un paño en la cabeza porque me dolía mucho".