A Hildegart Rodríguez su madre le puso es nombre, tan poco gallego, porque había leído que "Hildegart" significaba en alemán jardín de sabiduría. La historia de esta niña prodigio, que tuvo una intensa y corta vida, con un trágico final, ha fascinado desde su muerte hace ya 91 años a escritores, guionistas y directores de cine. Desde Eduardo de Guzmán, Fernando Arrabal o Almudena Grandes a Rafael Azcona y Fernando Fernán Gómez.
La última en querer ofrecer su visión sobre la vida no solo de Hildegart, sino también -o sobre todo- de su madre, de Aurora Rodríguez, es Paula Ortiz, directora de películas como 'La Novia' o 'Teresa'. Ahora acaba de presentar en el Festival de Cine de San Sebastián su nueva película, 'La virgen roja'.
La líder de la reforma sexual y la liberación de la mujer en España
Es la historia de una niña criada por una madre con un propósito muy claro: engendrar y educar a la mujer del futuro, a la primera generación de mujeres libres y a la líder que iba a llevar la reforma sexual y la liberación de la mujer en nuestro país.
"Fue una líder del Madrid de la República", cuenta Paula Ortiz en 'Más de uno' sobre Hildegart Rodríguez, quien se convirtió también en un referente europeo en la reforma sexual para las mujeres.
En nombre de la libertad de las mujeres, cuando su hija fue libre, la mató
Sin embargo, su madre, que quería educar a la primera generación de mujeres libres, en el primer momento en que su hija hizo un ejercicio de libertad, que fue conocer a un chico de las juventudes socialistas, "le pegó un tiro en la cabeza, otro en el pecho y otro en el sexo" y le mató.
Esa es la paradoja terrible y tragedia de Aurora, que "en nombre de la libertad de las mujeres, cuando su hija fue libre, la mató", dice Paula.
El dolor de entender que tu hijo no te pertenece
Si Paula Ortiz no hubiese sido madre, la película sería parecida, pero las grietas y heridas no serían las mismas. "Desde la experiencia de la maternidad, la herida del vientre y la herida atávica materno filial que abre esta película es terrible", expresa la directora sobre el dolor de entender que tu hijo no te pertenece, de no creer en la conciencia libre del ser que has traído al mundo.
Al dirigir esta película, se puso en un espejo muy bonito, pero duro a la vez porque "gradualmente todos los padres y madres tenemos que entender que nuestros hijos no nos pertenecen", defiende.