Pedro Simón, periodista de 'El Mundo', ha presentado en Más de uno su novela 'Los ingratos', ganadora del Premio Primavera de Novela 2021. 'Los ingratos' cuenta la historia de un niño, David, y de una mujer sorda, Emérita. Los dos se conocen en un pueblo de esa España que empieza a vaciarse en el año 1975. El niño, hijo de la nueva maestra del pueblo, y la mujer, cuidadora de la casa, aprenden constantemente el uno del otro. David, enseña a leer y a escribir a la analfabeta 'Eme' y ella se encuentra con un hijo tras perder trágicamente a otro. En definitiva, 'Los ingratos' es una novela sobre el amor.
"Se habla poco de las mujeres rurales que se quedaron a recoger los pedazos rotos"
El libro, escrito durante el confinamiento, está inspirado en la película 'Roma' del director mexicano Alfonso Cuarón, donde el personaje de la cuidadora adquiere un papel protagonista. "Se habla mucho de las mujeres urbanas que rompen moldes, pero se habla poco de las mujeres rurales que se quedaron a recoger los pedazos rotos", sostiene Pedro Simón en relación a las mujeres con las que él creció en el pueblo.
La migración del campo a la ciudad, con la consecuente despoblación de las zonas rurales, es un tema que impregna toda la novela; la historia de una familia rural condenada a vivir en la ciudad. De esos viajes que tantas personas realizaron a la ciudad en los años 70, Simón dice: "los hicimos gracias a estas mujeres o encima de ellas, como enterrándolas".
Un libro dedicado "a quienes no hemos podido abrazar"
Sobre aquel mundo rural del que trata su novela, Pedro Simón defiende que era un mundo "más crudo, pero menos cruel" donde se vivía con las puertas abiertas y "te educaba la tribu". Para el autor, su libro "un viaje entre esos primeros besos que dimos en un pueblo y los últimos abrazos que no hemos podido dar en estos momentos precisamente a la gente que venía de ese mundo".
En el otoño del 2019, Simón se cogió una excedencia para poder escribir la novela. Cuando comenzó la pandemia, se dio cuenta de que el libro hablaba "de muchas Eméritas que estaban muriendo solas en residencias" y de gente que había trabajado de sol a sol en zonas rurales de Castilla La Vieja y "a quienes no hemos podido ni abrazar", explica el autor.
"Los ingratos somos nosotros, por no haber dado suficientemente las gracias a la generación anterior", confiesa Simón sobre la necesidad de agradecer su esfuerzo a quienes nos preceden, un agradecimiento que está en la esencia de esta historia.
