Pilar, una de las víctimas de la agresión en Alsasua, comenta en Más de uno cómo vivió el suceso. "Nos tiraron un chupito y para evitar problemas decidimos abandonar el local, fue entonces cuando comenzaron a increparnos, darnos patadas y puñetazos", asegura. "Con el teniente se cebaron de una manera muy importante", explica.
Además, recalca que no recibieron ningún tipo de ayuda porque "viven con el miedo impregnado en el cuerpo" y asegura que fue su novio, el sargento, el que tuvo que llamar a la policía foral para pedir ayuda.
Por otro lado, califica de absurdo la versión de los agresores, donde acusan a los Guardias Civiles de empezar a increpar y de llevar el arma encima.