Después de más de tres años, el Consejo, el Parlamento y la Comisión Europea han logrado un nuevo pacto migratorio que contempla reforzar los controles en las fronteras para reducir la llegada de inmigrantes irregulares y endurece las condiciones de acogida.
Para Pedro Sánchez este pacto migratorio es uno de los grandes éxitos de la presidencia española de la Unión Europea. El texto, además, introduce por primera vez las controvertidas cuotas que obligan a todos los Estados miembros a asumir una parte de los solicitantes de asilo
Por su parte, las ONGs que llevan décadas trabajando con los inmigrantes no comparten este acuerdo porque entienden que va en contra de la tradición de acogida de la Unión Europea, uno de los principios fundacionales de la UE, y que creará más dificultades para las personas que huyen de sus países de origen.
"Se prioriza el cierre de fronteras frente a la protección de personas"
El director general de Save the Children, Andrés Conde, lo valora como "un mal pacto" donde se "prioriza el cierre de las fronteras frente a la protección de personas vulnerables".
Así, considera importante recordar que las personas que llegan a Europa buscando protección vienen huyendo del hambre, conflictos armados y la muerte, y, por ello, "nos parece un retroceso claro en términos de protección de los derechos de la infancia".
Conde ve necesario llegar a una normativa armonizada en la Unión Europea "porque la cuestión migratoria tiene que gestionarse como continente, no es una cuestión solo de los países de llegada". Sin embargo, que se haya llegado a un acuerdo no implica renunciar a asegurar los derechos humanos en el mismo.
Una normativa inaceptable desde una perspectiva de infancia
Desde una perspectiva de infancia, este pacto migratorio tiene tres cuestiones inaceptables. La primera, la detención de niños en frontera a cualquier edad hasta que se resuelva su situación, algo que impacta negativamente "en términos de salud mental y en términos de su protección contra la violencia", pues estarán detenidos en centros masificados y rodeados de adultos, una situación inapropiada para niños.
La segunda cuestión inaceptable es la imposibilidad de la reunificación familiar. Para Conde, "los niños que llegan solos tienen que estar con sus familias, ese es el lugar de protección". Sin embargo, la normativa aprobada no considera que los hermanos sean familia, únicamente padres y madres, lo que "significa reducir sus posibilidades de protección".
Sigue dejando toda la responsabilidad de la gestión del flujo migratorio en los países de primera llegada como España, Italia o Grecia
Por último, condena que no se haya aprobado un mecanismo de solidaridad obligatoria entre estados miembros porque "sigue dejando toda la responsabilidad de la gestión del flujo migratorio en los países de primera llegada como España, Italia o Grecia". Así, por más que haya compensaciones económicas, lugares como Canarias van a tener que seguir gestionando situaciones difíciles.
Se escoge fortalecer fronteras en lugar de apoyar la inclusión
El pacto también incorpora un sistema de solidaridad a la carta para el reparto de refugiados que permitirá a los países rechazar la acogida de inmigrantes si pagan 20.000 euros por persona rechazada.
Desde las ONGs denuncian que "los países preferirán no acoger a personas en protección internacional", sino pagar ese dinero. Por ello, serán los países de frontera los que tengan que gestionar los procesos migratorios.
Por otro lado, hay un propósito fuerte de fortalecer la gestión de las fronteras con centros y recursos específicos. "Nos preocupa que se van a derivar muchísimos recursos de lo que ahora es la acogida, recepción e inclusión a las personas migrantes, para las fronteras y la seguridad", critica Conde mientras insiste en que la acogida e inclusión se deja desasistida.