Cuando uno asiste al teatro a ver el monólogo de Secun de la Rosa se ve al actor interpretando a Sebastián Alonso Roca y a toda una variedad de personajes, entre los que están Luisito, Armando o la Montse. Un ejercicio "apasionante" donde contiene la tentación de que esos otros personajes sean interpretados por actores, para pasar a hacerlos él mismo. "Había que contarlos desde la mirada de Sebastián", admite Secun, conforme a su honestidad con su personaje Sebastián después de "sostener mucho a los caballos".
Como actor, Secun asegura que tenía necesidad de que el espectador, además de reflexionar, disfrute. En el caso de 'Las piscinas de la Barceloneta', sin embargo, no pretendía sacar tanto la comedia, sino la profundidad, la sensibilidad.
Dos mundos unidos por el autobús 47
El colectivo videonou, de finales de los años 70 y principios de los 80, se dedicó a grabar escenas cotidianas de los inmigrantes en el extrarradio barcelonés. En uno de sus documentales, llamado 'Los jóvenes de barrio', aparecía Secun, un niño de segunda generación de padres inmigrantes.
Treinta años después, Secun ha decidido unir la temática de las piscinas con las batallas sindicales de sus padres y su infancia para "hacer que Sebas agarrase el 47 [el autobús] y llegase hasta las piscinas" para unir los dos mundos.
La piscina de sal: un lugar de cobijo y reivindicación
La piscina de sal se refiere a una playa al final de la Barceloneta donde durante el franquismo podía acudir "el lumpen, la canalla", la gente del barrio chino, marineros e incluso el colectivo gay, quienes lo llamaban "la deliciosa". Poco a poco se fue convirtiendo en una piscina de gente humilde, un refugio donde jamás acudía la gente pudiente.
En esta piscina de sal se gestaron las primeras manifestaciones LGTBI
"En esta piscina de sal se gestaron las primeras manifestaciones LGTBI porque allí se reunía el colectivo", cuenta Secun, quien asegura que aparte de las historias de héroes anónimos, le fascinan los lugares especiales como estos.
Allí, en la piscina de sal, se gestaron también las jornadas libertarias, "que han quedado totalmente olvidadas en el tiempo", organizadas por gente joven y donde muchos artistas de la época desarrollaban su arte, música, etc.
Especial atracción por los héroes anónimos
"Me atraía mucho las gentes de alrededor, los del barrio, los héroes anónimos", dice el actor sobre Sebas, un personaje inventado a raíz de testimonios e historias cercanas, que se pone a recordar sus etapas de juventud. A partir de esa reflexión, Sebas es consciente de todo lo que vivió, de lo que no ocurrió, sobre si es valiente, si no lo es...
En definitiva, para Secun el personaje tiene que tener un "darse cuenta", porque "si no se transforma frente al público, ¿para qué?".