La eurodiputada de Ciudadanos, Soraya Rodríguez, ha expresado en Más de uno su preocupación por el incumplimiento de AstraZeneca de la entrega pactada de vacunas y explica cómo desde el principio de la compra conjunta de la Unión Europea desde el Parlamento Europeo se ha solicitado que los contratos sean conocidos pero las empresas exigían preservar la confidencialidad.
Considera básico conocer aspectos como el precio, número de dosis, plazos de entrega, responsabilidades pactado o indemnizaciones en su caso y añade que "esta situación no se puede sostener" y que no entiende cómo el contrato de AstraZeneca no está colgado en la web de la Comisión.
Rodríguez muestra su sorpresa por el silencio de los gobiernos nacionales, dice que en todo momento estamos al lado de la comisión y está convencida de que la estrategia de compra conjunta nos hace más fuertes ya que se puede conseguir mayor número de dosis en mejores condiciones. Cree en las explicaciones de la comisaria de Salud, Stella Kyriakides, y resalta que aunque "sabíamos desde el principio que contaríamos con pocas cantidades" es importante tener cierta regularidad en las entregas para planificar la vacunación.
Descontrol en los plazos de entrega
La eurodiputada Soraya Rodríguez dice que se aseguró que las compañías tenían el compromiso con los países de cumplir los plazos de entrega y ahora resulta que "no había plazos de entrega mensuales sino trimestrales" y así es "imposible mantener una campaña de vacunación".
Insiste en que le pidió a la comisaria que colgara el contrato en la web de la Comisión y que se creara una comisión del Parlamento asociada al comité de gestión de las vacunas porque "el Parlamento Europeo no puede estar en esta situación con una venda en los ojos y las manos atadas"
En cualquier caso Rodríguez se muestra convencida de que la Comisión y estados miembros harán cumplir lo pactado porque hay mucho dinero público invertido. Concretamente, AstraZeneca ha recibido 336 millones de euros por anticipado y esto de que ahora tiene un problema no es creíble, es inadmisible", zanja la eurodiputada.