CON JAVIER FESSER

La conmovedora iniciativa de Selene, una niña de siete años que ha conseguido ayudar a toda su comunidad con peces de piedra

Atrapado entre aeropuertos por la tormenta de hielo que desvió su vuelo de Estados Unidos a España, Guillermo Fesser nos cuenta la historia navideña de Selene, una niña de siete años que vive en Osagay (Los Cocos, Nicaragua) en una casita de palos y plástico que sufre inundaciones.

ondacero.es

Madrid |

Selene tiene siete años y vive con sus cinco hermanos y sus padres en una casita de palos plástico en Osagay (Los Cocos, Nicaragua). Cuando llueve, cosa que pasa seis meses al año por el Monzón, su casa se inunda. Y les cala, mientras prepara con su madre las rosquillas que su padre vende en bicicleta. Selene tiene suerte, porque va al colegio.

Entra a las siete de la mañana como los trescientos cincuenta niños que trabajan en el colegio de Santa Teresa de Jesús para salir pronto y echar una mano con las tareas de casa a sus padres. Su madre, Daisy, acude a clases para sacarse primaria en el mismo colegio. Muchas madres lo hacen para poder colaborar en el colegio de sus hijos y que estos tengan mejor educación y puedan salir del círculo de la pobreza.

El padre de Selene en los días feriados y cuando termina el reparto de rosquillas, también colabora en labores de mantenimiento de la escuela. A Selene le fascina la laguna grande y verde que se abre cerca de su aldea y los peces que en ella habitan. Desde muy pequeña reserva migajas de las rosquillas para dárselas. Selene, como otros niños de Los Cocos, cree que si a los peces no se les cuida y no se les da de comer migas y fruta, se convierten en piedras.

Con la ayuda de David García Escorza, que bautizó estas piedras como gamusinos, surgió la idea de recolectar las piedras planas de las orillas y decorarlas como peces. Selena se levantó aún más temprano cada día para pintar las piedras y venderlas como peces de colores. Gracias a esas pequeñas ventas, la vivienda de Selene ya no tiene goteras. Vive en una casa ‘mejorada’.

Fundación Gomaespuma ha llevado las piedras que Selene y los niños de su comunidad pintan como peces al textil, concretamente al estampado de una lámpara, para poder recaudar dinero para la causa.