Hace casi 87 años -se cumplirá el aniversario el mes que viene- un trasatlántico llevó a México a casi 500 niños españoles que iban allí a pasar, en principio, unas vacaciones. El objetivo era que estuvieran un tiempo fuera de España, que en 1937 era un país sumido en una guerra civil.
Se trataba de niños y niñas de familias de la zona republicana, simpatizantes con el régimen republicano que mantenían la esperanza de que la guerra acabase pronto, y con el bando de Franco derrotado.
A esos cerca de 500 niños que llegaron el 7 de junio de 1937 al puerto de Veracruz se les conoció como los niños de Morelia, porque su primer destino en México fue un edificio que estaba en esta ciudad del estado de Michoacán. Entre aquellos niños y niñas se encontraba Aurora, de 7 años, que viajó a México junto a sus hermanos Raúl, de 9 años, y Mercedes, Mitzi, de 12. Eran los hermanos Correa Hidalgo. Los hijos de Demetria y de Miguel.
Un proyecto de recuperación del exilio menor
71 años después de aquel viaje, en 2008, y poco antes de fallecer, Aurora Correa publicó su libro de memorias de la infancia. Se tituló 'Cerezas', en recuerdo al cerezo que crecía en el patio de su casa de Barcelona, y a las frutas que a ella le gustaba cortar a escondidas, cuando aún estaban verdes, para jugar a colocárselas de pendientes.
El libro 'Cerezas, las memorias de una niña exiliada', de Aurora Correa, acaba de ser reeditado por la editorial Torremozas. Reeditado y ampliado gracias al prólogo y al trabajo de la escritora, hispanista e investigadora Nuria Capdevila-Argüelles, que se ha empeñado en que no se pierda el testimonio de Aurora.
Forma parte de un "proyecto de recuperación del exilio menor", explica Nuria. Un grupo de escritoras, poetas, que eran niñas cuando abandonan España por la guerra y que "necesitan convertir la poesía en patria". Se trata, del último eslabón para reconstruir la memoria femenina en nuestro país.
Son mujeres que acaban siendo escritoras para las cuales España es un eco. El caso de Aurora Correa es particularmente especial porque tiene una experiencia de exilio verdaderamente traumática y que sólo es capturable a través de la poesía. En definitiva, "'Cerezas' es un libro increíblemente duro y bello", resume Nuria.
El mundo anterior a la guerra civil a través del testimonio de Aurora
El texto, como documento histórico, es valiosísimo, pues se trata del único testimonio completo. Aurora cuenta el viaje, la vida en el internado y aproxima al lector al mundo anterior de la guerra civil donde había una clase social -a la que pertenecen sus padres- a medio camino entre una sociedad rural y capitalista y que ven un proyecto de futuro frustrado por la guerra del 36.
México tenía en ese momento una comunidad muy notable de residentes españoles, pero de ideología conservadora.
A pesar de algunos donativos de ropa, juguetes o caramelos al internado de Morelia donde estuvieron los menores, "la comunidad de españoles residentes les vio como un grupo de pequeños rojos, ladronzuelos, ateos y gente de desorden social", por lo que preferían que estuviesen recluidos en el internado y no saliesen demasiado.