Al arqueólogo Adolf Schulten no solo le debemos la confirmación de que, tal y como se creía, la Numancia celtíbera estaba bajo los restos de la Numancia romana, sino que además fue quien -por una serie de razones que ahora comentaremos- localizó y excavó durante años los campamentos romanos que se levantaron en el entorno de Numancia, y que son parte inseparable de la su historia.
La editorial Renacimiento acaba de publicar, por cierto, el libro “Historia de Numancia”, que es una obra en la que Schulten resume sus investigaciones de más de una década en este yacimiento.
Para hablar de Numancia, de Escipión, de por qué decimos eso de “resistencia numantina” y por supuesto de las campañas arqueológicas que ido sucediéndose desde mediados del siglo XIX, nos acompaña hoy Antonio Chaín, licenciado en Historia, profesor y codirector del Equipo Arqueológico de Numancia, donde lleva trabajando desde hace ya 25 años.
Eduardo Saavedra puso las bases de la excavación
Quien puso las bases científicas para descubrir el yacimiento de Numancia fue el ingeniero español Eduardo Saavedra, quien comenzó a encontrar cerámicas. Para ello, interpretó un documento antiguo, "una guía Michelín del siglo III", que se denomina el itinerario de Antonino, donde se describe la vía romana que pasa por Numancia, explica Antonio.
Schulten le dio su difusión internacional
Posteriormente, llegó Schulten, conocido a nivel internacional, que dio la difusión internacional al hallazgo de Saavedra. Alfonso XIII, que "no le gustó nada la presencia del alemán", creó en 1905 la comisión de excavaciones y antigüedades donde los arqueólogos excavaban dentro de la ciudad de Numancia, mientras Schulten fue relegado a excavar en los campamentos romanos de las afueras.
"Schulten hace una crítica feroz de la sociedad soriana, a quien les pone al nivel de los trogloditas", pues estaba molesto por ser apartado de las excavaciones del cerro.
Las mujeres celtíberas escogían a sus maridos y participaban en asambleas
Con los hallazgos arqueológicos obtenidos del asentamiento celtíbero, se ha podido conocer la vida cotidiana y la sociedad de los numantinos. Entre las cosas más interesantes está el papel que tenía la mujer en la sociedad celtibérica en contrapartida con las sociedades patriarcales grecolatinas.
Las jóvenes celtíberas no eran entregadas por sus padres en matrimonio, sino que escogían a sus maridos entre los mejores guerreros
"Las jóvenes celtíberas no eran entregadas por sus padres en matrimonio, sino que en las noches de luna llena, danzaban y escogían a sus maridos entre los mejores guerreros", cuenta Antonio.
También, las ancianas y las madres narraban las hazañas de sus antepasados, por lo que eran las garantes de la memoria cultural, en ellas residía la tradición oral de esa sociedad. Asimismo, participaban en las asambleas comunitarias.
"Nos sirve para ver hacer perspectiva, para ver que el pasado no es peor por ser pasado, simplemente es diferente", matiza.
¿Cómo resistieron los numantinos el asedio romano?
Fernando Quesada, historiador, catedrático de Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid y experto en armamento en el mundo antiguo y medieval, explica cómo los numantinos resistieron el asedio de los romanos durante tanto tiempo.
En su opinión, no se debía a la tecnología de las armas con las que luchaban, sino que la cuestión estaba más en la política romana interna, que no dedicaba todos sus recursos a acabar con Numancia, pues también tenía otras guerras en otros territorios. A esto, se la sumaba "la propia voluntad de resistir de los numantinos", explica Fernando.
Había más celtíberos que romanos atacando Numancia
No todos aquellos que cercaban Numancia eran romanos, sino que Escipión tenía en su ejército a 60.000 hombres, de los cuales más de la mitad eran hispanos. Es decir, "había más celtíberos atacando Numancia que defendiéndola. [...] Los hispanos se peleaban entre ellos con tanto o más entusiasmo que contra los romanos".
De hecho, muchos pueblos celtíberos vieron en el ataque de Escipión a Numancia la oportunidad de cobrarse afrentas pasadas de los numantinos.