Se cumplen ahora 60 años del final del Plan Marta, una operación en la que durante los años 1960 y 1963 alrededor de 700 mujeres españolas viajaron hacia Australia para buscar trabajo y labrarse un futuro. Todas esas mujeres -las "martas"- iban con la idea de trabajar en el servicio doméstico, pero lo que encontraron allí no siempre coincidía con el proyecto que les vendieron en España.
Aquel Plan Marta, que partió por iniciativa del Gobierno y de la Iglesia australiana, habría caído en el olvido de no ser por el empeño de investigadoras como Natalia Ortiz, que junto al realizador Javier Castro es autora del documental 'El avión de las novias', sobre este tema. Natalia, que lleva viviendo en Sídney desde hace 30 años, se cruzó con esta historia por casualidad mientras para su doctorado se documentaba sobre la inmigración de los hombres españoles a Australia.
Una vez en Australia, las mujeres fueron conscientes de que tenían que permanecer en el país durante dos años y, si no, tenían que pagar el coste del billete de avión -de ida y de vuelta-, "una cantidad impensable" para ellas, cuenta Natalia. Entre las 700 mujeres, algunas estaban informadas de todas las condiciones, pero otras muchas fueron plenamente consciente de ello al llegar y, en parte, se arrepintieron.
¿Por qué se llamó 'Plan Marta'?
Se denominó 'Plan Marta' por sus connotaciones religiosas. En la Biblia, Marta, la amiga de Jesús, era la que se encargaba de las tareas domésticas mientras escuchaba los sermones, "mientras que María era la intelectual, la que escuchaba y se enganchaba a las conversaciones", diferencia Natalia.
Josefina González, una "marta" que se quedó
Josefina González de Uribarri fue una de esas "martas" que viajó en Australia con 27 años. A sus 90, explica que ella se enteró del Plan Marta por una amiga y "nunca me pesó el haber venido", reconoce. En España dejó a su hija, su novio y a su padre.
Fui la primera española en trabajar en ese hospital y allí trabajé hasta que me jubilé
"No hablaba inglés y llegué sin dinero. Me quedaban 100 pesetas en Madrid y como me venía a Australia, se las di a un cura para que dijera misa por mi madre", recuerda Josefina porque nadie le había explicado que se podría cambiar el dinero en Australia.
Con el tiempo, fue abriéndose su propio camino. De la primera casa en la que trabajó, donde no estaba muy contenta, pasó a trabajar en un hospital de Melbourne. "Fui la primera española en trabajar en ese hospital y allí trabajé hasta que me jubilé", cuenta.
El 'Spanish Club': sentirse en casa en Australia
Entre todos los españoles inmigrantes que viajaron a Australia se crearon espacios comunes como el 'Spanish Club', donde las familias trataban de consolarse del llamado "mal de Australia". Se trataba de un sentimiento más profundo que una simple nostalgia o morriña, era una depresión.
Natalia explica lo que suponía irse a vivir a Australia en aquella época, cuando subirse a un avión era un gasto millonario. Lo que significó para esos hombres y mujeres ese 'Spanish Club' o las misas en español "era es familiaridad, conexión y poder salir por fin de esa soledad", relata.