CON JAVIER CANCHO

Historia de un escándalo entre Frank Sinatra y Ava Gardner

La noche en que Sinatra grabó el 'That's Life' tenía una cita con Mia Farrow, una mujer a cuyo lado pasaría después doce años. Pero antes de aquello, Sinatra había estado casado con quien apodaron "el animal más bello del mundo".

Javier Cancho

Madrid |

Sinatra pisó por primera vez España en mayo de 1950. Lo hizo con el único propósito de encontrarse con Ava Gardner, que estaba en la Costa Brava rodando Pandora y el holandés errante.

También era su voz, no sólo su físico. No sólo su elegancia. Por entonces todavía no estaban casados, lo hicieron poco después del año 50. Pero, para 1953 ya habían discutido mil y una noches, separándose con un océano de por medio. Frank volvió a buscarla a España, a la desesperada, en la Navidad de ese año 53. Pero, Ava estaba más intensa que nunca tras su éxito en Mogambo interpretando a Eloise Kelly.

Cuando la criticaban, ella decía: yo no intento ser una buena actriz, me conformo con ser bella.

En aquel tiempo, Ava Gadner andaba liada con el torero Dominguín. Estando ella en sus pasatiempos, Sinatra llega a Madrid en la tarde de Nochebuena. Aquellos últimos días del 53 y los primeros del 54 fueron fechas matritenses para Ava y Frank. Paraban en Chicote, en el Pasapoga, en el tablao flamenco de Villa Rosa; bebían, escuchaban bulerías y se enfadaban. Dominguín se jactaba de doblegar al bribón neoyorkino.

Y sucedió que las resonancias de todo aquel revuelo de vanidades y rencores interculturales llegó hasta Hollywood. Y sobre aquellos líos, Humphrey Bogart, en relación a Sinatra, le dijo a Ava Gadner: "Millones de mujeres estarían dispuestas a arrastrarse por él; y tú, sin embargo, andas por ahí con un tipo que se disfraza poniéndose unas bailarinas".

Bogart decía lo de las bailarinas en alusión de esos zapatitos que se ponen los toreros. Ava Gadner ni se inmutó, antes, ella ya había proclamado que no hay mejor beneficio que el fornicio. Lo dijo en aquellos años 50 en los que los españoles vivían sometidos a una moralidad mugrienta mientras ella hacía lo que le daba la gana, también delante de las cámaras del Nodo.

El Nodo sacaba a Luis Miguel Dominguín dando unas clases de lidia a Ava Gadner. El macho español y la estrella yanki.

La primera vez que Ava llegó a Madrid se alojó en la suite 716 del hotel Castellana Hilton. Esa suite sigue existiendo. Tiene una sala de estar, con una amplia cristalera que da acceso a una terraza en el chaflán del ático. Desde allí, afuera, se ve Madrid. Dentro, la cama con dosel incluido. Es una habitación de 140 metros cuadrados.

A Ava le gustaba bañarse con leche en aquella suite iluminada sólo por velas. En aquel rincón de lujo, hubo espacio y tiempo para las tormentas sentimentales de Frank y Ava. Cuenta Germán Pose que Sinatra llevaba 20 peluquines en sus maletines de viaje. Se dice que su colección de simuladores de pelo superaba los 60. Es curioso, entonces, se avergonzaban de su calvicie, pero no de sus peluquines. Sobre Sinatra, una vez, dijo Ava Gadner siempre supe que terminaría teniendo sexo con un chico, refiriéndose de ese modo al peinado de Mia Farrow.