Lutero llamaba a la razón la mayor puta del diablo. Catalogaba a los españoles como marranos y mamelucos. De los judíos decía que debía primeramente prenderse fuego a sus sinagogas y escuelas, para después sepultar y cubrir de mierda todo aquello que no fuera hecho ceniza.
Siendo un nazi del siglo XVI, ha pasado a la historia como un reformista. En cambio, sobre un rey que fue tenido por prudente, siendo -como fue- el rey del mundo, sobre él, sobre Felipe II, los británicos fueron tejiendo con el hilo sibilino de los embustes la mayor leyenda negra que haya sido contada.
Está sonando el comienzo de una seria producida hace sólo 50 años por la prestigiosa BBC británica. Su título fue ‘Elisabeth R’. Se trata de una drama histórico, muy dramatizado, con Glenda Jackson como primorosa Isabel I de Inglaterra. Mientras la figura de Felipe II muestra un rey enfermizo, libidinoso y reprimido. Otra producción anglosajona más reciente, del año 2007, es ‘Elisabeth, la edad de oro’. Donde Elisabeth sale tan guapísima como Kate Blanchet. Mientras Felipe II es interpretado como un ser decrépito, de voz abyecta.
Aunque es una película floja, logra deformarse tanto la historia que Mordor parece la Riviera Maya comparado con el palacio de El Escorial. Uno de los orígenes de tanta calumnia es la ‘Apología del Príncipe Orange’ donde se describe a Felipe II como un rey incestuoso. Además bígamo y adúltero. El príncipe Guillermo de Orange fue el principal caudillo de la rebelión que desembocó en la Guerra de los 80 años.
Felipe II presentado como un malvado, como un revientafamilias, un destruidor de mundos, con la misma vestimenta casi que Dart Vader. Es como si George Lucas se hubiera inspirado en el siglo XVI para construir la trama de la Guerra de las Galaxias. Fíjense en el don Carlos de Friedrich Schiller, donde se cuenta la historia de Felipe siendo infante y tratando de seducir a la esposa de su padre. Y habiéndose modelado lo escabroso, después ya vino el libreto operístico con música de Guiseppe Verdi. Felipe II, siendo como fue, el rey del mundo, o quizá por eso, fue vilipendiado por quienes más éxito tuvieron contando la Historia.
Lo que la Historia ha contado menos es que Felipe II organizó la primera expedición científica o que era un entusiasta coleccionista de libros. Interesado en el arte y el baile. Pero también en los avances de la mecánica que estudia el equilibrio y movimiento de los fluidos: la hidráulica. Fue bajo su gobierno cuando se creo la academia de matemáticas o la cátedra de astronomía.