CON JAVIER CANCHO

Historia de las fotos inverosímiles y un viaje a Calcuta

Revisando fotografías antiguas, de repente, aparecen tres fotos que muestran una situación completamente inversosímil. Es como si se hubiese retratado algo que difícilmente podría haber ocurrido.

Javier Cancho

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Tenemos delante las fotos que retratan algo -a priori- improbable, podríamos decir que casi inconcebible. Pero, analizándolas con detalle parece imposible que se trate de un trucaje. Por su aspecto, son fotos

reales que debieron ser positivadas entre los años 50 y 60. Una de ellas, incluso, lleva el sello de Getty Images, que es una prestigiosa agencia estadounidense. En la primera foto, se ve a un grupo de pasajeros

haciendo cola pasa subirse a un autobús. Alguien les está recogiendo los tickets.

En lo alto del vehículo pueden leerse tres palabras: Londres-Calcuta-Londres. Pasemos ahora a la segunda foto. Veamos, qué es lo que puede observarse. El instante debió ser captado a unos siete metros de

distancia del sitio donde se hizo la primera foto. En esta segunda, se ve a tres personas con actitud de espera y ya se aprecia con mayor perspectiva el autobús. El vehículo definitivamente es un modelo de los años 50. Y en su chapa podemos leer algo más, porque hay otro mensaje que antes no veíamos y que dice “a través de 15 países”. La tercera fotografía es de un folleto publicitario con el que ya terminamos de comprender -aunque, con bastante estupefacción- lo que habíamos empezado a intuir contemplando las dos primeras fotos. El folleto lleva el siguiente encabezamiento: “La ruta en autobús más larga del mundo”. El folleto es del año 1972 e ilustra los detalles de ese viaje. Es un recorrido en autocar, para hacer el viaje entre Londres y Calcuta, entre Inglaterra y la India. Pero, ¿acaso es posible que se

organizase hace algo así? ¿Realmente, existió esa ruta, hubo un autobús que recorriera dos continentes?

A fecha de hoy, el viaje entre Londres y Calcuta dura alrededor de 12 horas de vuelo en avión comercial desde el aeropuerto de Heathrow. Lo que nos da una medida de la enorme distancia entre las dos ciudades. La pregunta es cuánto se podría tardar en recorrer en autocar miles de kilómetros después de meter el vehículo en algún ferry para cruzar primero el Canal de la Mancha. ¿De verdad había un servicio de autobuses entre Inglaterra y la India? Bien, para saberlo, hagamos algunos números.

Incluso haciendo concesiones, si ese autobús lograra viajar más o menos en línea recta, como un avión, a una velocidad promedio de 50 kilómetros por hora, teniendo en cuenta que estamos hablando de

principios de los años 70, entonces, con ese cálculo harían falta diez días para cubrir la distancia por carretera entre Londres y Calcuta. Insisto, haciendo concesiones a la imaginación y pensando en que en ese trecho entre dos continentes no nos encontráramos con más inconvenientes que un larguísimo recorrido. Pero, aún suponiendo que no hubiera pesadillas logísticas en una ruta tan prolongada, qué negocio habría sido conectar esas dos ciudades atravesando quince países por zonas intensas del mundo en el tiempo de los pasaportes. Para descubrirlo, sigamos indagando en los archivos de la historia.

La primera foto se hizo en la estación Victoria de Londres. Los que aparecen entregando sus tickets son los primeros pasajeros de la ruta de autobuses más larga del mundo, entre Londres y Calcuta. La foto se tomó el 15 de abril de 1957. La tarifa única de aquel primer viaje fueron 85 libras.

Con los años el precio iría subiendo. Se sabe que entre los pasajeros del primer autocar había dos antiguos bomberos que querían llegar a Australia, así como ciudadanos hindúes y australianos que volvían a sus países. La ruta funcionó intermitentemente desde el 57 hasta el 73. Pero, con servicios de mínima frecuencia, sólo partían autobuses de Londres a Calcuta una o dos veces al año. Aquella forma de viaje fue utilizada principalmente por los hindúes que regresaban a casa. O por pasajeros que pretendían llegar después a Australia. Por tanto, la línea de autobús entre Londres-Calcuta, la más larga del mundo, en efecto, existió.