Historia de los jinetes salvajes de la estepa
Utilizando la genética se está empezando a descifrar la identidad de un misterioso pueblo del centro de Asia. Fue un pueblo que se convirtió en imperio hace más de dos mil años.
Qué idea podemos hacernos de un enigmático pueblo que vivió en tiempos de Cristo cerca de Siberia si los únicos relatos de los que la Historia dispone son los testimonios de sus enemigos. Qué aproximación a la verdad podemos tener si la versión de los hechos procede de aquellos que más odiaron a los Xiongnu. Los Xiongnu fueron una alianza. Una alianza de pueblos nómadas de las estepas orientales de Asia. Vivieron diseminados por lo que hoy es Mongolia. Los Xoingnu fueron poderosos por sus caballos. Su destreza como jinetes permitió a los enigmáticos guerreros mongoles crear un imperio multiétnico en la Edad del Hierro. Los registros chinos de hace 2200 años describen a los Xoingnu como feroces arqueros montados a caballo. Sus ofensivas fueron tan temidas en Pekín, que un día en el palacio principal de la dinastía Han, se toma una decisión crucial en la historia de nuestro mundo. Porque lo que propició la construcción de la Gran Muralla China fueron los ataques a caballo de los guerreros que procedían de la estepa.
La Gran Muralla China se construye en la frontera norte, como protección contra los nómadas montados, de los que -hasta ahora- se tenían escasas certezas. Porque el imperio ecuestre de Xiongnu no dejó ningún registro escrito. Está siendo, la biología la que está completando uno de lo vacíos con más lagunas de la Historia. Un estudio exhaustivo del ADN antiguo de más de 200 individuos, a lo largo de 6000 años, y un análisis de esqueletos de caballos justo antes del surgimiento de los Xiongnu, rastrean los movimientos de población que hubo en Asia y confirman la función crucial que supuso el dominio de los caballos. Los resultados muestran que el caballo está relacionado con algunos de los cambios más trascendentes que se han dado en la evolución de la humanidad. El caballo proporcionó un nuevo rango en los patrones de movilidad humana, permitió viajar más rápido las largas distancias del continente más extenso.
Ese movimiento -desde el este del mundo- propició un cambio genético que alcanzó a casi toda Europa. Los Xiongnu reunieron a las tribus nómadas en una fuerza formidable, rivalizando con China. Los Xiongnu no tenían ciudades amuralladas ni viviendas fijas ni se dedican a ningún tipo de agricultura. Pero, tampoco tenían prejuicios étnicos. La diversidad genética humana aumentó considerablemente alrededor del 200 antes de Cristo. Los racistas les considerarían un imperio maldito. Los Xiongnu fueron los primeros en percatarse de la potencia de la mezcla. En el futuro, los investigadores esperan que los genomas ayuden a revelar cómo funcionó el misterioso imperio nómada. Ya sólo la genética puede dar respuesta a una pregunta histórica.