Aquel farmacéutico era en Doncaster como el doctor a la vuelta de la esquina, a quien todos acudían en busca de remedio sin pasar por consulta. Pero había otra cosa por la que todos lo conocían: su pasión por el cricket. Por el cricket y por la radio. Porque su padre era ciego. Así que durante tres generaciones, la familia Taylor ha disfrutado de los partidos de este deporte tan inglés narrados en Test Match Special, un programa de la BBC que es toda una institución.
Por eso Patrick, su hijo mayor, que tiene ya 53 años, escribió un correo hace unos días al programa, que se encargó de leer en antena otra institución: el comentarista Jonathan Agnew.
“Mi padre, John Taylor, -escribe Patrick- al contrario que la actual plantilla de Inglaterra, se ha atrincherado y peleado tercamente para alcanzar los 83. Se plantó y defendió de un golpeo en forma de Leucemia, la bola larga de la distrofia muscular, el lanzamiento engañoso del Parkinson, el swing de revés de la diabetes, hasta que finalmente fue derribado por la violenta bola rápida de la demencia”.
Patrick utiliza esta analogía del cricket porque el programa siempre fue un miembro más de la familia.
“Mi padre -continúa el correo- ingresó en el hospital el jueves 9 de Agosto con otra grave infección pulmonar. El viernes, nos dijeron que le quedarían entre 24 y 48 horas de vida y que, de hecho, podría ni siquiera recobrar ya la consciencia. El sábado, visité a mi padre en el hospital con mi mujer y al cabo de una hora ella tuvo la idea de poner Test Match Special en mi movil. Tras cinco minutos, abrió los ojos y era absolutamente consciente de dónde estaba y de quiénes éramos. Fue capaz de decirnos que estaba cómodo, que se sentía en paz y yo pude decirle que es un madre maravilloso y cuánto lo quiero. No siendo alguien que se sienta cómodo con grandes muestras de emoción, tras 15 minutos pidió que escucháramos el cricket”.
Según la Sporting Memories Foundation, compartir recuerdos deportivos entre personas mayores y enfermos con demencia les ayuda a mantener la capacidad cognitiva, reducir el sentimiento de soledad y aliviar algunos síntomas de la depresión.
Al día siguiente de aquello, Patrick puso una radio en la habitación de su padre, escucharon la retransmisión del cricket y no cree que fuera casualidad que su padre se marchara en paz justo después de que Inglaterra asegurara la victoria.
Seguramente “una radio con la que morir” no sea el mejor eslogan. Seguramente no. Pero una radio que evoque tus mejores momentos, que recupere tus más preciados recuerdos, que te traiga de vuelta a la lucidez misma, con la pretensión única de acompañarte, sin pedirte más a cambio... esa si es, seguro, una ambición que bien merece ser perseguida cada vez que se abre un micrófono.