La hija mayor de los Reyes Católicos fue Isabel de Aragón. A Isabel la casaron con el infante Alfonso de Portugal. Y se enamoraron.
El problema fue la muerte prematura de Alfonso. Falleció pisoteado por su propio caballo.
Hay versiones que contemplan la posibilidad de que fuera Fernando el Católico el que ordenara matar al marido de su hija. Pero, esas interpretaciones parecen descabelladas.
Sin marido, sus padres le pidieron a Isabel que se casara con el primo del muerto, con Manuel I, rey de Portugal. Esta vez, no sintió mariposas en el estómago. Isabel murió triste, con sólo 28 años.
Más joven murió…Juan, el único hijo de los Reyes Católicos, el varón que pudo prolongar la dinastía Trastámara. A Juan le casaron con Margarita de Austria, considerada una de las mujeres más bellas de la época. Él tenía 19 años, ella 18.
En la corte se decía que Juan quería tener sexo con su esposa casi a cada hora. Murió a los seis meses de matrimonio. Se lo llevó una tuberculosis; aunque, hubo quien atribuyó a tanto coito el fatal desenlace.
Juana, fue la tercera hija de los Reyes Católicos. María, fue la cuarta. Pero, también fue la segunda. María de Aragón se casó con Manuel I de Portugal, después de la muerte de su hermana Isabel. Es decir, que el rey de Portugal estuvo casado con dos hijas de los Reyes Católicos.
Manuel y María tuvieron 10 hijos. Diez partos en el siglo XVI son jugársela demasiado. María murió con 34 años, a consecuencia de su último embarazo.
La quinta fue Catalina. Con 18 años, Catalina se casó con el príncipe Arturo de Inglaterra. Pero, Arturo le duró un semestre. El hermano de Arturo, Enrique, que tenía solo 13 años, y se enamoró de ella. Catalina y Enrique se casaron. Y Enrique se convirtió, tras el fallecimiento de su padre, en el nuevo rey de Inglaterra, con el nombre de Enrique VIII.
Aquel matrimonio fue el primer gran galimatías dinástico que hubo en la Edad Moderna. El pueblo la adoraba, su marido la repudió.
Catalina tuvo seis embarazos en nueve años, pero solo una niña sobrevivió. Finalmente Enrique VIII se divorció de Catalina y de la Iglesia de Roma. Para casarse con Ana Bolena, la que terminaría quedándose sin pescuezo.