Perico Escobal fue uno de esos centrales rotundos que había hace cien años. En sus entradas, buscando el balón, había resolución, eficacia y la determinación de un mensaje a los delanteros. Fue un defensa feroz. Midiendo uno noventa.
Perico debutó en Real Madrid con 18 años. Fue uno de los primeros grandes capitanes que tuvo la entidad de Chamartín, también fue jugador de la Selección Española. Y a su muerte, hace ahora 20 años, su cuerpo permaneció en una morgue neoyorquina, durante varios meses, sin que nadie se hiciera cargo.
Cuatro días después del alzamiento militar, en julio del 36, un coche de la policía secreta fue a buscar a Perico a su casa.
Dijeron a la familia que no había nada grave, que le esperaran para comer. En el interrogatorio, le acusaron de ser miembro de Izquierda Republicana, y él lo admitió. Pero, después, ampliaron la acusación, dijeron que había ido a Madrid a organizar la resistencia, le acusaron de masón y de haberse involucrado en la quema de iglesias. Lo único cierto era su filiación política, lo demás era un embuste.
Tras la Guerra Civil, Perico Escobal acabó exiliado en Estados Unidos donde escribió un libro titulado Las Sacas.
El libro es una narración autobiográfica en la que describe el horror de las cárceles franquistas, con el hacinamiento, las ratas o las bombillas que siempre estaban encendidas. Explica los recorridos de la camioneta a la que subían los presos que nunca volvían. Cuenta Perico que no existe nada más frío que los paredones de fusilamiento. Su nombre estuvo en una lista con sentencia de muerte.
En el 37, fue trasladado a un pabellón carcelario para enfermos terminales. Pero, sobrevivió. Sobrevivió incluso a la visita de Millán Astray. El fundador de la Legión, sabiendo quién había sido, le ofreció sacarle de la cárcel si mostraba arrepentimiento. Pero, Perico, tan expeditivo como cuando era central, le dijo: me cago en Franco y en usted, también.
Perico Escobal fue futbolista y preso político en España. Después, en el exilio, trabajó como ingeniero industrial en Estados Unidos, allí se le condecoró por su labor en la mejora del alumbrado público del barrio de Queens.
Fue un hombre de una cultura inmensa. Le encantaba hablar de Cervantes. Era cervantino un central que marcó un gol en Chamartín desde su propio campo. Fue un represaliado, por el que se interesó Pablo Picasso.
Perico vivió los locos años 20, siendo el gran capitán del Real Madrid. Aunque, después, fuera uno de esos grandes olvidados.
