Lisa Sanders hace diagnósticos sobre enfermedades raras, analiza síntomas misteriosos. Síntomas que pueden ser un tormento para una madre si quien los padece es su hija. Su hija de seis años, se puede quedar paralizada de 3 a 20 segundos, más de 300 veces al día.
La doctora Sandres es internista, profesora en la Universidad de Yale, escribe una columna dominical en el New York Times, y fue quien asesoró a los guionistas de House. También hay una serie de Netflix sobre sus diagnósticos.
La doctora Sander está convencida de que, en ocasiones, la diagnosis necesita algo distinto, una forma de pensar que sólo se encuentra fuera del hospital. Hay millones de personas padeciendo enfermedades no diagnosticadas. Hay quienes pueden ayudar a encontrar la respuesta aunque no hayan estudiado medicina. Hay alguien, en algún lugar que entiende lo que estamos buscando.
Hace años, a la doctora, le sucedió algo con un paciente que le cambió la perspectiva. El enfermo estaba desesperado, precisaba saber qué le ocurría, por qué su vida estaba condicionada cada día, casi a cada momento. La doctora le dijo que el diagnóstico que tanto anhelaba era sólo una palabra. “¡No!”, la corrigió el paciente de inmediato: “El diagnóstico lo es todo”.
Sanders creció leyendo la obra de Arthur Conan Doyle. Se hizo mayor disfrutando de la abracadabrante luz mental que se ilumina al unirse piezas enigmáticas antes desconectadas por el misterio.
Sanders quedó cautivada por la naturaleza detectivesca del trabajo diagnóstico. Sanders se enfrenta a pequeños misterios todos los días.
