Park Chung Hee fue general antes de ser presidente. Fue presidente después de un golpe de estado. Su gobierno, durante 18 años, logró una gran expansión económica, con una tremenda regresión política y social. La represión se administraba con torturas y crímenes de estado. No había prensa, tampoco partidos en la oposición . Lo que sí había era un férreo control del sistema judicial y de las universidades.
La década de los 70 en Corea fue un tiempo geopolíticamente turbulento. A la mujer de Park Chung Hee la asesinaron en el 74, y a él ya lo habían intentado matar en dos ocasiones. Antes de que le pegaran un tiro en el pecho, unos años antes, 31 guerrilleros comunistas entraron camuflados en Seúl, tratando de irrumpir en la residencia oficial del general, en la Casa Azul, en aquella ocasión sin éxito.
En aquella noche de octubre del 79, se cenaba -al principio amigablemente; pero, pronto en la conversación aparecieron los asuntos que consternaban al país. En la mesa, estaban -entre otros- el presidente, su hija, el jefe del espionaje coreano y un ministro. La discusión se desbocó. El señor Kim, el responsable de la Agencia Central de Inteligencia, se puso de pie, sacó un revolver de la chaqueta y disparó a quemarropa. La bala destrozó el corazón del presidente. Después, hubo más sangre. Cuatro guardaespaldas del presidente fueron acribillados a balazos.
El asesinato del dictador Park Chung Hee fue un evento trascendental en la historia de Corea del Sur. El tipo que disparó, su jefe de inteligencia, y cuatro agentes más, fueron ahorcados. Es sorprendente la relación que se establece entre los magnicidios y el cine. Con aquel asesinato se hicieron sólo se hicieron dos largometrajes, con quince años de diferencia ya en las dos primeras décadas del siglo XXI. Uno de ellos se planteó como una comedia negra irreverente en la que todos los involucrados en aquella fatídica noche eran villanos por derecho propio. De hecho, la hija del dictador, presente en aquella cena, se convirtió en la presidenta de Corea del Sur en 2012.
Ella sí ganó unas elecciones. Aunque, su mandato terminó antes de tiempo por un escándalo político de tráfico de influencias en el que estuvo directamente involucrada. Permaneció arrestada durante cuatro años hasta que en 2021 se le concedió el indulto.