CON JAVIER CANCHO

#HistoriaD: Las primeras bocanadas de sangre en el Palacio del Elíseo

Algunos de los mejores médicos del siglo XVIII atendieron en lo que hoy es la sede de la presidencia de la república francesa a una mujer a la que la aristocracia llamó la tísica. En la historia de las primeras bocanadas de sangre en el Palacio del Elíseo se ha fijado Javier Cancho.

Javier Cancho

Madrid | 11.06.2024 12:33

El Palacio del Elíseo ha recibido a las figuras más poderosas del mundo de los últimos tres siglos. La primera de todas ellas, por su influencia, fue Madame de Pompadour. Sólo las perspectivas más frívolas tomarían como ligero el personaje de una mujer tan determinante.

Fue una persona detestada, siendo inteligente y razonable, y de un sentido artístico exquisito y extraño.

Madame de Pompadour fue una mujer de coraje y energía. Pero la corte, cómplice de todas las nobles corrupciones, no perdonó, no sólo su procedencia familiar. Versalles no perdonó -fundamentalmente- sus virtudes.

En Versalles, había incluso más amantes que intrigas. Lo de estar casado era un decir. Versalles era resplandeciente y grandioso; pero también era feo y asqueroso; depende de dónde mirases. Los nobles se aseaban poco. Había bastante más intensidad en las alcobas que en los despachos. Allí, Madame de Pompadour fue sabia, hermosa y coherente. Cuando se casó a los diecinueve años con un financiero le dijo: "Nunca te abandonaré", añadiendo: "excepto, naturalmente, por

el rey". Así se predijo a sí misma su propio destino.

Al convertirse en favorita del rey, que se enamoró perdidamente -dicen los historiadores- Madame de Pompadour empezó a acumular una larga lista de enemigos. Enemigos de grandes nombres y pequeñas almas que no concebían que el origen de aquella mujer no fuera…noble. Y, sin embargo, si algo de nobleza artística dejó el reinado de Luis XV fue gracias a ella. Siendo la burguesa más odiada y vilipendiada de Francia, durante su vida y después de su muerte.

De qué murió Madame de Pompadour no se sabe exactamente. Sí que tuvo una fuerte tosferina de niña. En el Palacio del Elíseo que le regaló el rey tuvo sus primeras bocanadas de sangre. Se conoce mucho de su vida, pero poco de la causa de su muerte. Se ha dicho que fue tuberculosis, neumonía, y hasta cáncer de pulmón. Se le apagó la existencia con sólo 42 años. Lo que vino después fue la decadencia absoluta de la Corte, pocos años antes de la Revolución Francesa.

En el Palacio del Elíseo hay 365 habitaciones. Tras la Revolución pasó a ser sala de baile y, en el siglo XIX, fue ocupado por la hermana de Napoleón, y por la esposa del emperador. Quién sabe si dentro de un tiempo se instalará allí la ultraderechista Marie Le Pen.