CON JAVIER CANCHO

#HistoriaD: La investigación sobre una familia

Lo que vamos a contar le sucedió a una reportera del New York Times que trabajó como corresponsal en la India. Un día, un príncipe le dejó un enigmático mensaje: debía acudir a su palacio a una hora precisa.

ondacero.es

Madrid |

Le sucedió a la corresponsal Ellen Barry. Aunque ella no fue la primera. Antes, y secuencialmente, decenas de reporteros extranjeros habían sido contactados por una misteriosa dinastía real que vivía recluida en un castillo en ruinas, un palacete semi oculto en un bosque en el interior de una metrópoli de 20 millones de habitantes.

La periodista Barry había recibido instrucciones sobre lo que debía hacer cuando se terminase la carretera que cruza la espesura arbórea. Debía acudir sin ningún acompañante. Cuando llegó, la reportera se quedó un instante quieta. De repente, se movieron unos arbustos y apareció un hombre. Era el príncipe Cyrus.

Era una familia exigua y excéntrica, viviendo en un palacio más allá de lo decadente. Con un príncipe llamado Cyrus, como último integrante de un noble linaje de origen chiita. Eran los Oudh.

Cuando la reportera Barry llegó al lugar, se encontró con una fortificación cutre, con alambre de espinas y ladridos feroces de perros poco cuidados. Y mensajes donde se advertía de que se dispara a los intrusos. En ese lugar, desde finales del siglo XX, los aristócratas eremitas de aquella familia empezaron a dar una inquietante hospitalidad a a periodistas extranjeros.

Les llamaban para manifestar su malestar contra el Estado indio. En 1997, el príncipe y su hermana le dijeron al semanario Times de Londres que su madre se había suicidado. Había sido un acto de reivindicación dramática al considerarse traicionada tanto por el Reino Unido como por la India. La madre ingirió un veneno mezclado con diamantes y perlas molidas.

Uno de los guardas del bosque donde está el palacio cuenta que al príncipe no le gustaba relacionarse con los de su propio país.

La madre, su alteza la reina lo era de un reino que ya no existía. La reina, sus hijos y su séquito llegaron a la estación de ferrocarril de Nueva Delhi a comienzos de los 70. En una sala de espera de la estación, los sirvientes descargaron el hogar que transportaban. El gobierno llegó a ofrecer a su alteza 10.000 rupias de la época para que abandonase la estación.

Y siendo una cantidad considerable a ella le pareció un insulto. En 1981, casi diez años después, el Times publicó: 'Princesa India gobierna desde una estación de tren'. Finalmente en 1984, Indira Gandhi concedió a la familia Oudh la propiedad de un palacio venido a menos en un bosque dentro de la metrópoli. El bosque espeso acechado por una ciudad densa.

Barry le preguntó al príncipe Cyrus ¿dónde nació? ¿quién era su padre? ¿cómo se muelen los diamantes? Las respuestas eran siempre difusas. Tras 18 meses de conversaciones esporádicas, la corresponsal fue enviada a Londres, donde poco después supo que el príncipe había fallecido, había muerto solo en un lugar desolado. Lo había matado el dengue.

Ellen Barry no había conseguido colocar el puzzle de aquella familia que representaba una parábola sobre la India, sobre el trauma que quedó cuando un imperio reemplazó a otro, en una gran ruptura histórica que dividió la región en dos países. Barry, la periodista de New York Times emprendió entonces el rastreo de su principal pista: unos recibos de la Western Union, con los que se evidenciaba que durante años alguien había estado cuidando en secreto a Cyrus y su familia.

Barry localizó en Bradford, Reino Unido, a un hombre llamado Shahid. Shahid resultó ser el hermano mayor de Cyrus . Fue él quien le contó a Barry que, en realidad, ellos habían sido una familia ordinaria. Cyrus no fue ni príncipe nunca. Simplemente se llamaba Mickey Butt.

Mientras, su alteza, su madre, sólo había reinado en su propia casa. Todo lo que había detrás de la familia aristócrata era una farsa. Tanto que ni siquiera eran indios, eran pakistaníes. Siendo adolescente Shahid, su madre le mandó a comprar plátanos y él nunca regresó, huyó de su propia familia. Hasta que decidió ayudarles a sobrevivir.

Tras años de dominio, en junio de 1947, el virrey británico, Luis Mountbatten, anunciaba la retirada del Imperio británico creándose dos naciones independientes. Los padres de Shahid debieron tomar la decisión inmediata de vivir en India o en Pakistán. Aquella partición destruyó muchas familias.

Fue así, en medio de la confusión, como aquella madre empezó a comportarse como la heredera de una estirpe aristocrática exigiendo las propiedades de un reino que ya no existía. La evanescencia de la mentira fue cuajando hasta que tomó forma de verdad, primero dentro y después fuera a través de los corresponsales de los medios más prestigiosos del mundo.

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