Si miramos por detrás de las banderas, las banderas con las que se enarbolan los nacionalismos, por ejemplo, si miramos en su etiqueta, en la inmensa mayoría de los casos pone Made in China. En China hay gente que se ha forrado vendiendo en Cataluña banderas de Cataluña hechas en China. Y lo mismo ha sucedido con la bandera española. Las banderas que se venden aquí en la península se hacen en un lugar llamado Yiwu, que está en la provincia de Zhejiang. Esa es la misma provincia donde también está el centro de producción mundial de cremalleras y botones. Lo que pasa es que en Qiaotou se hacen tantos millones y millones que no se molestan en poner en los reversos que todos esos botones y cremalleras se han hecho allí en China. Fijémonos un instante en lo que van a escuchar a continuación. Es parte de la conversación que mantienen un dependiente en Quiaotu y un periodista estadounidense. El reportero pregunta que si cuando le miran, le están mirando sus botones.
El vendedor chino le termina contando al periodista que los botones de su camisa estadounidense los han fabricado en China.
Se calcula que casi siete de cada diez botones que hay en el mundo, casi siete de cada diez se han hecho en Qiaotou. Sólo en ese lugar del mundo se producen varios millones de botones al día. En Qiaotou hay botones y cremalleras y hay también una ruta con la que poner rumbo a la parte más alta de una de las montañas más elevadas de la comarca. Desde la capital mundial de las cremalleras y los botones se puede llegar hasta la mismísima garganta del salto del tigre.
Qiaotou fue hasta hace no mucho una aldea ubicada en el delta del río Yangtse. Fíjense, hasta 1983, allí, no se fabricaba ni un sólo botón. Tres hermanos fueron los primeros en abrir negocio. Y sin embargo, 38 años después hay 200 empresas que se dedican a la botonería, poniendo los precios cada vez más bajos. Hay quien dice que llegará un momento en el que los precios de los botones estarán incluso por debajo del subsuelo. En Quiaotou no esperen encontrar una tienda de ultramarinos, allí sólo hay fábricas de botones. Desde allí se venden más de 10.000 variedades, la mayoría de plástico; pero, también se hacen botones artesanales, con cuentas de vidrio, de metal o cerámica. Se cuenta que los residentes en Quiatou trabajan muchas horas. Todo el día y parte de la noche. Se dice que en Quiatou se trabaja, se come, se duerme y alguna que otra cosa más relacionada con los botones y las cremalleras. Pero, sólo eso, nada más. En Quiatou no se ve ni la tele, no hay tiempo, aunque tengan mandos a distancia con más de 30 botones.